Antecedido por una
larguísima cadena de hechos sangrientos, ahora triunfa allí el turismo con ese
tipo de instrumentos.
La más reciente tragedia
sucedió en Arizona, cuando una niña de nueve años mató por accidente a su
instructor de tiro.
Lo hizo con una potente
ametralladora Uzi mientras estaba junto a la víctima, Charles Vacca, 39 años de
edad, ex integrante de las fuerzas ocupantes en Iraq y Afganistán.
A solo una semana del
hecho, la multimillonaria Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en
inglés) envió un mensaje donde propuso formas en que sus niños “pueden
divertirse en un campo de tiro”.
La iniciativa partió de la
compañía fabricante de armas Smith & Weson, que ahora la auspicia y
estimula.
Según dijo en Miami este viernes
la agencia española EFE, la polémica no tardó en resonar a dos días del drama
ocurrido en Arizona.
El malestar fue tan grande
que borraron el anuncio de la Web, pero todavía se ven sugerencias en el sitio
femenino de noticias Women’s Outdoor News.
Lo redactaron poco antes
de la muerte del instructor Charles Vacca a manos de una niña en el campo de tiro “Balas y Hamburguesas".
Algunos falsean lo
sucedido poniendo en boca de expertos
el criterio de que la pequeña debió aprender a disparar con un arma de “tiro a
tiro” y no con una ametralladora.
La nueva conmoción reabrió
el debate sobre el incesante auge del turismo armamentista en Estados Unidos.
Una generalidad de redes
sociales valoró el aliento a la presencia de niños en campos de tiro como
“imprudente, grotesco y fuera de lugar”.
Diario Las Américas
informó que las autoridades no levantarán cargos sobre el hecho, mientras lo abordan como “un incidente industrial”.
En estos momentos saltan
por allá nuevas interrogantes alrededor de las posibilidades de llegar a
controlar ese peligroso negocio.
Será imposible alcanzarlo
mientras allí el verdadero poder este fundamentalmente en manos de poderosas
corporaciones de alcance internacional, del Pentágono, los servicios especiales
y el lobby judío.
Lo corrobora, entre
muchos, un ejemplo.
Durante fines del siglo
pasado la multimillonaria Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en
inglés) arremetió contra el presidente William Clinton.
¿Motivo? Debido a que en
una parte de su década del 90 frenó en tiendas del país la venta de poderosos
fusiles.
La reyerta Clinton-NRA
llegó tan lejos que el primero durante una visita a Europa la acusó ante
periodistas de comprar el voto de miembros del Capitolio para imponer sus
dictados.
Una de las más recientes
apreciaciones sobre el número de afiliados a la NRA lo sitúa en cuatro millones
y medio.
La Asociación, que tuvo al
ex presidente republicano George Bush (padre) como una de sus figuras más
sobresalientes, constituye el lobby más importante a favor de la tenencia de
armas.
Bastó una de estas últimas
para que el instructor de tiro y veterano superviviente de los infiernos de
Iraq y Afganistán, fuese accidentalmente abatido por una pequeña de nueve años
de edad.
Clinton no pudo evitarlo.
Escrito por
Nicanor León Cotayo
CubaSí
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