© REUTERS
EE.UU. pagó millones de dólares a decenas de
supuestos nazis criminales de guerra y guardias de las SS a través de un
seguro social si se avenían a abandonar el país, según revela una
investigación de Associated Press.
Los pagos fueron realizados a través de una brecha jurídica que habría
permitido al Departamento de Justicia de EE.UU. persuadir a sospechosos
nazis para que abandonaran EE.UU. Si los supuestos criminales de
guerra aceptaban la propuesta de abandonar el país o, simplemente, huían
antes de la deportación, podrían mantener su Seguridad Social, según concluyen los periodistas David Rising, Randy Herschaft y Richard Lardner, tras analizar entrevistas y documentos del Gobierno de EE.UU.
Entre los que recibieron los seguros sociales estaban los guardias SS que custodiaban los campos de concentración nazis, un científico que se dedicada al desarrollo de los cohetes y se valía del trabajo de los reos para avanzar en su investigación en el Tercer Reich y un colaborador de los nazis que gestionó el arresto y la ejecución de miles de judios en Polonia.
Los periodistas de AP han encontrado al menos cuatro beneficiarios vivos que siguen recibiendo pagos sociales. Entre ellos Martin Hartmann, un exguardia de las SS del campo de Sachsenhausen, Alemania, y Jakob Denzinger, que patrullaba las instalaciones en el complejo del campo de Auschwitz en Polonia.
Hartmann se mudó de Arizona a Berlín en 2007 justo antes de ser privado de su ciudadanía estadounidense. Denzinger huyó a Alemania desde Ohio en 1989, después de lo cual se trasladó a Croacia y ahora vive en un apartamento espacioso en Osijek. Denzinger se negó a hablar sobre su situación con los periodistas de AP, mientras que su hijo, que vive en EE.UU., confirmó que su padre recibe pagos del seguro social.
Desde 1979 al menos 38 de los 66 sospechosos nazis expulsados de EE.UU. conservaron sus seguros sociales, según la investigación.
Los documentos internos de EE.UU. a los que ha tenido acceso AP dictan que el Departamento de Estado de EE.UU. se oponía a las practicas del Departamento de Justicia. El seguro social llegó a ser una herramienta de garantía de que los supuestos nazis iban a aceptar la privación de la ciudadanía e iban a abandonar el país voluntariamente, según escribieron diplomáticos estadounidenses.
La práctica, conocida como 'nazi de dumping', se detuvo, según escribe AP, pero la brecha judicial no fue cerrada.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Justicia, Peter Carr, dijo a través de un correo electrónico que los pagos del Seguro Social nunca fueron empleados para persuadir a sospechosos nazis a abandonar voluntariamente el país.
"Alguien que recibe una pensión estadounidense podría vivir muy bien en Europa o donde se establecieron", comenta Rabbi Marvin Hier, fundador del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles, que documenta las víctimas del holocausto y lleva registros de los criminales de guerra nazis. "Nosotros, en efecto, los estábamos premiando. No tiene ningún sentido".
Entre los que recibieron los seguros sociales estaban los guardias SS que custodiaban los campos de concentración nazis, un científico que se dedicada al desarrollo de los cohetes y se valía del trabajo de los reos para avanzar en su investigación en el Tercer Reich y un colaborador de los nazis que gestionó el arresto y la ejecución de miles de judios en Polonia.
Los periodistas de AP han encontrado al menos cuatro beneficiarios vivos que siguen recibiendo pagos sociales. Entre ellos Martin Hartmann, un exguardia de las SS del campo de Sachsenhausen, Alemania, y Jakob Denzinger, que patrullaba las instalaciones en el complejo del campo de Auschwitz en Polonia.
Hartmann se mudó de Arizona a Berlín en 2007 justo antes de ser privado de su ciudadanía estadounidense. Denzinger huyó a Alemania desde Ohio en 1989, después de lo cual se trasladó a Croacia y ahora vive en un apartamento espacioso en Osijek. Denzinger se negó a hablar sobre su situación con los periodistas de AP, mientras que su hijo, que vive en EE.UU., confirmó que su padre recibe pagos del seguro social.
Desde 1979 al menos 38 de los 66 sospechosos nazis expulsados de EE.UU. conservaron sus seguros sociales, según la investigación.
Los documentos internos de EE.UU. a los que ha tenido acceso AP dictan que el Departamento de Estado de EE.UU. se oponía a las practicas del Departamento de Justicia. El seguro social llegó a ser una herramienta de garantía de que los supuestos nazis iban a aceptar la privación de la ciudadanía e iban a abandonar el país voluntariamente, según escribieron diplomáticos estadounidenses.
La práctica, conocida como 'nazi de dumping', se detuvo, según escribe AP, pero la brecha judicial no fue cerrada.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Justicia, Peter Carr, dijo a través de un correo electrónico que los pagos del Seguro Social nunca fueron empleados para persuadir a sospechosos nazis a abandonar voluntariamente el país.
"Alguien que recibe una pensión estadounidense podría vivir muy bien en Europa o donde se establecieron", comenta Rabbi Marvin Hier, fundador del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles, que documenta las víctimas del holocausto y lleva registros de los criminales de guerra nazis. "Nosotros, en efecto, los estábamos premiando. No tiene ningún sentido".
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