sábado, 25 de octubre de 2014

Triada reaccionaria en Miami


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Rick Scott rodeado de reaccionarios como Marco Rubio y Mario Díaz-Balart


Allí estuvo Marco Rubio, en una mal llamada fiesta democrática realizada en la biblioteca de la Coral Way y la avenida 92, en Miami, para prestar su apoyo al intolerante aspirante a gobernador Rick Scott, luego de que se abrieran las elecciones anticipadas para el cargo.

Con la fobia de un consumado ultraderechista, llamó a que Estados Unidos se blindara contra el ébola, en un enmascarado argumento para detener la emigración ilegal hacia ese país. En este sentido dijo patrocinar una propuesta de ley para obtener los fondos requeridos para impedir el acceso de ciudadanos de otros países potencialmente peligrosos como transmisores de la epidemia.

Con un complejo de tortuga, a la par que defiende el bloqueo de EEUU, cuestionó la ayuda solidaria de Cuba hacia los países africanos víctimas de la pandemia, politizando a la misma y viendo fantasmas donde no existen. Atacar a Cuba, por el motivo que fuere, es parte de su discurso ideológico fuera de contexto y ultra conservador.

Otro de sus argumentos estuvo dirigido a criticar el manejo de la introducción de casos de ébola en EE UU, cuestionando la eficacia de la administración demócrata de Obama.

Rubio, enconado defensor del bloque criminal contra Cuba, criticó a aquellos medios que abogan por su levantamiento –como el conocido editorial de The New York Times-, argumentando que el mismo es un poderoso elemento usado por EEUU para presionar hacia una apertura “democrática” en Cuba. Al respecto, su crítica a los medios alcanzó un punto álgido cuando declaró: “Hacen 10.000 reportajes sobre el impacto que ha tenido el embargo en contra de Cuba y mil reportajes cada vez que sale una encuesta que las personas quieren abrir transacciones con Cuba. Pero no hacen ningún reportaje de los abusos de derechos humanos en Cuba y, ahora dentro de Venezuela, no hacen ningún tipo de reportaje sobre eso”.

Rubio se mostró en contra de que los norteamericanos visiten la isla, tomando la misma posición de los cubanos americanos, criticando cualquier apertura de Obama al respecto.

Otro mafioso intolerante anticubano en el Congreso, Mario Díaz Balart, existe una supuesta conspiración en EE UU a favor de Cuba y que trata de levantar el “embargo” hacia la Isla. Cuestionó abiertamente la colaboración entre Cuba y EE UU en el enfrentamiento al ébola en África, manipulando la actitud solidaria de los médicos cubanos.

Díaz-Balart aprovechó este evento para reafirmar sus ataques venenosos contra naciones como Nicaragua, Bolivia, Venezuela, entre otros, aduciendo las insostenibles acusaciones de violación de los derechos humanos en los mismos. Rubio, por su parte, culpó a Obama de debilidad y fallas en su política exterior en la región.

El ataque de Rubio hacia los demócratas se dirigió particularmente contra Hillary Clinton, posible candidata demócrata de fuerza en las venideras elecciones presidenciales en EE UU, argumentando que ella era responsable de los fallos de política externa desde que era Secretaria de Estado. 

De esta forma, el encuentro para apoyar a Rick Scott, otro tenaz defensor del bloqueo y criminal cómplice de los mafiosos anticubanos, sirvió de plataforma para validar una política hostil y añeja hacia nuestra patria, condenada, cada vez más, al fracaso.


Percy Francisco Alvarado Godoy 

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