El Canal 51 de La Florida, Telemundo, fue uno de los espacios empleados por Ileana Ros-Lehtinen para manifestar su frustración por la victoria de Chávez en Venezuela. ¡Que le dolió, le dolió! De eso no hay duda alguna.
La conocida Loba Feroz cuestionó la legitimidad de las recientes elecciones en Venezuela, sugiriendo que el mandatario hizo infundados malabares para mantenerse dirigiendo a su país, sin aceptar que fue el propio pueblo quien decidió su reelección. Por ello, lamentándose y nockeada por la aplastante verdad, exclamó resignada ante las cámaras: "Es una lástima que Chávez siga teniendo en sus manos el poder en
Venezuela".
Luego, como era de esperarse, aparecieron las mentiras, la deformación de la realidad. Sin pudor alguno, desconociendo también la actuación como observadores en el proceso de prestigiosas e imparciales personalidades, declaró: "Chávez ha negado el acceso a los observadores internacionales, ha hecho
modificaciones en el sistema electoral en el último minuto, controla el sistema
judicial, intimida a los periodistas independientes y consolida su poder
manipulando el voto a su favor".
Y, por supuesto, cerró sus declaraciones con la arenga maliciosa, con el llamado a la actividad manipuladora, a la acción desesperada, a la conspiración y a la satanización. Dolida, cargada de odio visceral, declaró: "No se debería dejar a Chávez seguir exportando su odio y su despotismo al
extranjero, como hacen sus amigos dictadores en Irán y Cuba, oprimiendo a la
prensa y violando los derechos humanos". (...) "Estados Unidos y las naciones responsables deben mantenerse firmes en la
defensa de la democracia y de la libertad y no inclinarse ante la tiranía de
Chávez".
La verdad es que Chávez ganó limpiamente y que también ganó toda Venezuela, pues se dio a sí misma una hermosa lección de democracia sin avales de amos, ni el visto bueno de patrones foráneos. Y ganó el mundo entero, pues esta lección ha de servirle, sobre todo, a aquellos vecinos del Norte, con los que ella cohabita, hábiles en eso de fabricar fraudes descarados y sucias componendas. La verdad es que el pueblo venezolano también marcó un camino a los norteamericanos, sujetos a una permanente tiranía de los ricos, representados por un exclusivo y eterno bipartidismo. Si esta visión se aplicara a EE UU, ni Obama, ni Romney, serían elegidos por su pueblo. Ella, por supuesto, perdería su cargo en el Senado.
Para Ileana Ros-Lehtinen pega bien el anónimo refrán: "A los tontos y a los porfiados, la mejor bofetada es dejarlos."
Percy Francisco Alvarado Godoy
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