Israel ha lanzado un nuevo ataque aéreo contra Siria. El Gobierno del
primer ministro, Benjamín Netanyahu, aún no ha confirmado ni desmentido
oficialmente la incursión, desvelada esta madrugada por la cadena de televisión CNN,
que citaba fuentes diplomáticas de Estados Unidos. Pero de forma
anónima, funcionarios israelíes han corroborado a la agencia AP que el
objetivo del ataque era un cargamento de misiles que iban a ser
traspasados a la milicia chií libanesa Hezbolá, que colabora con el
régimen de Bachar el Asad.
El Ejército de Israel no responde por el momento, después de que
diversos medios de comunicación de EE UU informaran de la operación
durante la madrugada. “Haremos lo necesario para detener la
transferencia de armas en Siria a organizaciones terroristas. Lo hemos
hecho en el pasado y lo haremos en el futuro”, indicó el Ejército a la
cadena estadounidense. “No hacemos comentarios sobre informes de este
tipo”, repiten esta mañana.
Las fuentes israelíes insisten en que tenían en la diana armas
convencionales potentes, aunque la cadena NBC cita una fuente de
Washington que indica que se podría haber neutralizado una entrega de
armas químicas. Reuters añade que la decisión de atacar se tomó en una
reunión de emergencia del gabinete de seguridad israelí, en la noche del
jueves. Finalmente, la operación se llevó a cabo este viernes, sin
entrar siquiera en el espacio aéreo sirio. Por el momento, se desconoce
en qué ciudad ha tenido lugar.
Ataque en enero
De confirmarse esta operación, se trataría de la segunda de Israel contra Siria desde enero. Entonces, fue atacado un convoy que llevaba misiles a Líbano,
también para Hezbolá, enemiga declarada de Israel, con la que estuvo en
guerra en el verano de 2006. Solo pasados varios días el entonces
ministro de Defensa, Ehud Barak, confirmó lo ocurrido. “Cuando decimos
algo, lo decimos en serio (…), no consentiremos armas en Líbano”.
Siria reaccionó entonces denunciando que su vecino se sumaba “a la conspiración extranjera contra el pueblo” y avisó de que el Gobierno decidiría “cuándo y dónde” responder.
No hubo réplica, sin embargo. Los incidentes armados que se han
producido en el Golán, con disparos contra suelo israelí y respuesta de
su Ejército, han sido puntuales y fruto, en su mayoría, de choques en
territorio sirio entre tropas leales y rebeldes.
El embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bachar Al Jafari, ha
dicho esta mañana que no tiene noticia alguna de lo sucedido en esta
ocasión. Nadie ha reaccionado aún a la noticia desde Damasco. Un
portavoz rebelde en la frontera turco-siria sí ha confirmado el impacto a
Reuters.
El primer Gobierno que ha reaccionado formalmente tras este ataque es
el libanés. Su ministro de Exteriores, Adnan Mansou, ha criticado a
Israel “porque estas acciones solo sirven para aumentar la tensión y la
inestabilidad de la situación”.
Justo cuando se estaba produciendo la incursión israelí en Siria,
desde Beirut su presidente, Michel Suleiman, denunciaba la presencia de
aviones de la Fuerza Aérea israelí sobre su territorio, en la zona del
valle de la Bekka, y reclamaba a la ONU que presione a Netanyahu para
que cese esta “violación de su soberanía”. La prensa libanesa ha
publicado en las últimas semanas testimonios de vecinos de la frontera
sur que habían visto aeronaves de Israel sobrevolando sus casas. Ahora
llega la confirmación oficial. Los militares israelíes no han confirmado
estos movimientos.
Incertidumbre israelí
Israel mira con incertidumbre a sus dos fronteras norte, Siria y
Líbano. Teme que El Asad esté entregando armas sofisticadas a Hezbolá,
como pago o como custodia, que acaben sirviendo para un nuevo ataque
contra sus intereses. Por el momento no hay pruebas de que la milicia
tenga armas químicas, que seguirían en poder del régimen sirio. La
inteligencia israelí vigila de cerca que nunca se produzca este
intercambio. El conflicto sirio es hoy un interrogante para Israel, que
teme que El Asad mantenga el poder y con él perpetúe su alianza con
Hezbolá e Irán pero, a la vez, también recela de los islamistas, cada
vez más presentes entre la insurgencia, como relevo en Damasco.
Sobre el terreno, esta mañana los opositores Comités Locales de
Coordinación informan de otra posible masacre con 200 muertos,
asesinados a puñaladas y luego quemados, en Raas Nabea, un barrio de
Banias, la ciudad costera que está siendo asediada por tercer día
consecutivo. Las tropas del régimen atacan su periferia, suní,
protegiendo el corazón de la ciudad, alauí como el presidente El Asad.
Ninguna otra ONG disidente ha informado de este caso.
Anoche, el Ejército Libre de Siria lanzó dos cohetes contra el
aeropuerto de Damasco, causando un potente incendio, informa la agencia
oficial SANA. Es la primera vez que un medio del Gobierno confirma un
impacto en aeródromo.
Tomado de http://internacional.elpais.com
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