viernes, 10 de mayo de 2013

Escándalo a gran escala en Wall Street: espionaje en las famosas "pantallas de Bloomberg"


Escándalo a gran escala en Wall Street: espionaje en las famosas "pantallas de Bloomberg"

A última hora del viernes, y con el mercado a pocas horas del cierre, estalló el escándalo en Wall Street: Goldman Sachs y JPMorgan sospechan que la agencia de noticias Bloomberg les espía. Por ahora son solo quejas más o menos formales, pero el caso podría llegar a altas esferas.

En concreto, temen que los periodistas de este medio hayan usado información privada de los terminales que la propia Bloomberg vende a sus 300.000 abonados de todo el mundo, entre los que hay infinidad de bancos o inversores. Es lo que, en el argot financiero, se conoce como “la pantalla de Bloomberg”: es una poderosa herramienta que permite consultar datos del mercado a tiempo real, noticias, cotizaciones o enviar mensajes a otros usuarios, entre muchísimas más opciones.

Al parecer, los periodistas de la agencia pueden seguir todos los movimientos de esos clientes que compran los terminales, que funcionan con contraseña personal. Así, pueden ver cuándo se conectan o desconectan, con qué frecuencia miran una información o, entre muchas más cosas, qué funciones de búsqueda emplean.

Así presuntamente habrían “secuestrado” determinada información de los bancos y valiosos datos que les podrían haber servido como pistas imprescindibles para elaborar sus noticias. Esa información, según las denuncias de Wall Street, podría incluso ser la fuente anónima de las noticias sobre Goldman y el maná con el que Bloomberg reventó la exclusiva de la Ballena de Londres, el gestor cuyas arriesgadas apuestas costaron 6.200 millones de dólares a JPMorgan. Fue también la primera agencia que dio el nombre de ese famoso gestor, Bruno Iksil.

Bloomberg niega las acusaciones, pero ha bloqueado el acceso de los periodistas a los datos de JPMorgan y Goldman Sachs. El problema es que el escándalo ya podría haber dañado la imagen de la agencia, pues, sea cierto o no, la noticia ha destapado que los periodistas pueden ver cuándo los clientes entran y salen del sistema y qué funciones emplean, algo que muchos no sabían.

De hecho, el caso ha sido destapado porque New York Post informó de que Goldman se quejó formalmente de que reporteros de Bloomberg se acercaron a ejecutivos a preguntar por determinados socios que hacía tiempo que no habían iniciado su sesión en el terminal. Poco después, personas cercanas a JPMorgan transmitieron a Financial Times preocupaciones similares.

Esto podría ser un duro golpe para Bloomberg, pues las pantallas, que cuestan unos 20.000 dólares al año, son la principal fuente de ingresos de la firma. Es también una importante fuente de información de las personas más influyentes del mundo de las finanzas. Banqueros, funcionarios del Tesoro y grandes fondos de inversión tienen acceso a un terminal, por el que se intercambian cerca de 200 millones de mensajes diarios.

 Tomado de http://www.expansion.com

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