No se trata sólo de un puñado de empresas de tecnología. Las compañías
que comparten datos con el gobierno como parte del programa de
vigilancia PRISM alcanza los “miles”, según un reporte de la agencia
Bloomberg, incluyendo al sector de telecomunicaciones, ISPs, empresas de
software, fabricantes y del sector de las finanzas, entre otros.
La información entregada no sólo era para proteger al país, como se ha argumentado, sino también para infiltrarse en las redes de los adversarios. Según Bloomberg, Microsoft entregaba a las agencias de inteligencia información sobre bugs en su software antes de lanzar el parche para repararlos. Tal información podría usarse para proteger los computadores del gobierno, pero también para explotar la falla en los PCs de gobiernos extranjeros.
En otros casos, empresas de telecomunicaciones entregaban acceso a datos de instalaciones en el extranjero, aun cuando tal acceso normalmente requeriría de una orden judicial.
En un artículo publicado por el New York Times, se describe cómo las empresas eran puestas en una encrucijada para entregar los datos. Según el periódico, Yahoo presentó en 2008 un caso ante una corte secreta en Washington para tratar de rechazar una orden enviada por agentes del gobierno, donde se solicitaba ayuda para espiar a ciertos usuarios extranjeros sin una orden judicial. Yahoo no quiso cooperar, afirmando que tales requerimientos eran inconstitucionales.
Los jueces de la corte no estuvieron de acuerdo, y Yahoo se quedó con dos opciones: Entregar los datos, o vulnerar las leyes. Así, la compañía entró al programa de vigilancia de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA). La corte secreta operaba bajo la Foreign Intelligence Surveillance Act (FISA), una ley que permite al gobierno recabar inteligencia sobre extranjeros.
Los datos respecto a la participación de las demás compañías no están demasiado claros. Todavía hay cierta resistencia de parte de las empresas, aunque no conocemos el detalle de las “cortes secretas”.
Por Cony Sturm para Fayerwayer
La información entregada no sólo era para proteger al país, como se ha argumentado, sino también para infiltrarse en las redes de los adversarios. Según Bloomberg, Microsoft entregaba a las agencias de inteligencia información sobre bugs en su software antes de lanzar el parche para repararlos. Tal información podría usarse para proteger los computadores del gobierno, pero también para explotar la falla en los PCs de gobiernos extranjeros.
En otros casos, empresas de telecomunicaciones entregaban acceso a datos de instalaciones en el extranjero, aun cuando tal acceso normalmente requeriría de una orden judicial.
En un artículo publicado por el New York Times, se describe cómo las empresas eran puestas en una encrucijada para entregar los datos. Según el periódico, Yahoo presentó en 2008 un caso ante una corte secreta en Washington para tratar de rechazar una orden enviada por agentes del gobierno, donde se solicitaba ayuda para espiar a ciertos usuarios extranjeros sin una orden judicial. Yahoo no quiso cooperar, afirmando que tales requerimientos eran inconstitucionales.
Los jueces de la corte no estuvieron de acuerdo, y Yahoo se quedó con dos opciones: Entregar los datos, o vulnerar las leyes. Así, la compañía entró al programa de vigilancia de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA). La corte secreta operaba bajo la Foreign Intelligence Surveillance Act (FISA), una ley que permite al gobierno recabar inteligencia sobre extranjeros.
Los datos respecto a la participación de las demás compañías no están demasiado claros. Todavía hay cierta resistencia de parte de las empresas, aunque no conocemos el detalle de las “cortes secretas”.
Por Cony Sturm para Fayerwayer
Tomado de http://www.vanguardia.com.mx
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