Suerte de libelo exculpatorio, cargado de mentiras. |
Ángel Carromero, el
mundialmente conocido “rompe carros” escribió una suerte de fantasioso relato
bajo el título de “Muerte bajo sospecha”, con el que pretende exculparse de la
responsabilidad de haber asesinado imprudentemente a los contrarrevolucionarios
Oswaldo Payá y Harold Cepero.
En un acto de proyección, su
fantasioso relato está dirigido a culpar a la seguridad cubana de la muerte de
los mercenarios a los que vino a visitar. Es una ficción de inventadas torturas
sicológicas, uso de drogas para quebrar su voluntad, amenazas y toda suerte de
fábula de espionaje barato.
El joven provocador y
Secretario General de Nuevas Generaciones, rama juvenil del Partido Popular
(PP), reconocido por sus anteriores imprudencias en materia vehicular, ha
tratado vanamente de victimizarse, empujado
por las incitaciones de la familia Payá y por otros interesados en culpar a
Cuba. De su inventado “calvario” en Cuba ha dicho: “Estuve 6 meses incomunicado en Cuba. No tenía ni idea de lo que
había pasado. Teniendo en cuenta cómo estaba, creo que tardé poco tiempo en
hablar. Si ahora lo he hecho es porque ya no podía acarrear en conciencia ese
silencio, no podía callarme lo que realmente le había ocurrido a dos personas.
Tenía que hacerlo para empezar una nueva vida y dejar esto atrás”.
Sin embargo, ni esas fábulas
absurdas, ni sus habituales engañifas, han logrado conmover a la propia
justicia española, lo que le ha traído como consecuencia que el Consejo de
Ministros rechazara hoy el indulto que había solicitado, luego de tomar en
cuenta los informes del tribunal que lo juzgó en Cuba.
El Gobierno ha tenido en cuenta
que en todos estos casos los informes de los tribunales sentenciadores y de la
Fiscalía, así como las apreciaciones del Ministerio de Justicia y de la
Audiencia Nacional. Un factor importante para este fallo ha sido el que Carromero
ha tratado torpemente de exculpase de su delito, lo que se presenta como el que
no haya "mostrado arrepentimiento por lo sucedido".
Como ha de recordarse,
Carromero fue condenado por el Tribunal Provincial Popular de Granma, provincia
oriental de Cuba, el 12 de octubre de 2012, por cometer homicidio por
imprudencia en las personas de Oswaldo Paya y Harold Cepero, imponiéndosele una
sanción de cuatro años de privación de libertad.
A tenor con el Convenio
sobre ejecución de sentencias penales de 1998 suscrito entre con Cuba y España,
Carromero fue trasladado a su país el 28 de diciembre de 2012, donde debía
cumplir dicha condena.
Carromero cumple condena en
España, en situación de tercer grado, desde el 18 de febrero de 2013, siendo
controlado por medios telemáticos hasta que cumpla su sanción el 21 de julio de
2016.
Muchas falsas historias
podrá fabricar Carromero, instigado por quienes intentan falsear las causas del
penoso accidente con el fin de inculpar a Cuba, pero el tiro les ha salido por
la culata. La propia justicia de su país lo ve como culpable de los hechos que
se imputan y eso es una verdad de peso.
De esta forma, amigos míos,
el rompe carros Carromero se mantendrá cumpliendo su sentencia, para suerte de
los transeúntes madrileños.
Percy
Francisco Alvarado Godoy
Este caballerito es un farsante
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