“No hagan de la historia un misterio” decía una de las pancartas
sostenida en alto en una marcha realizada en el condado de Jefferson,
Colorado hace pocos días. Estudiantes de secundaria de este distrito
suburbano han abandonado masivamente sus clases durante la última semana
en protesta por la censura prevista por la junta escolar del distrito
del plan de estudios del curso de nivel pre-universitario de historia
estadounidense del programa Advanced Placement (AP). La junta propuso la
creación de una comisión que evalúe dicho curso, así como otros, y le
agregue material “que promueva la ciudadanía, el patriotismo, los
fundamentos y beneficios del sistema de libre mercado, el respeto por la
autoridad y el respeto por los derechos individuales”. La propuesta de
cambios incluye también eliminar todo material que en opinión de la
junta “fomente o tolere la alteración del orden público, los conflictos
sociales o la inobservancia de la ley”. La huelga estudiantil coincide
con una protesta de varios días llevada a cabo por los docentes bajo la
modalidad de inasistencia colectiva por pedido de licencias médicas.
Paradójicamente, el intento de la junta escolar de suprimir la enseñanza
de la historia de las protestas sociales en Estados Unidos ha provocado
un masivo movimiento de protesta que crece día a día.
Desde hace mucho tiempo, las juntas escolares son uno de los
objetivos electorales de la derecha estadounidense. En Jefferson, la
actual mayoría conservadora obtuvo la victoria por escaso margen en
noviembre de 2013, en una votación realizada fuera de año electoral que
contó con escasa participación de votantes. Al respecto, John Ford
expresó en el programa de noticias de “Democracy Now!”: “Votó
aproximadamente un 33% del total de la población habilitada para votar.
Las elecciones son importantes, principalmente las elecciones de las
juntas escolares”. Ford es docente de estudios sociales en la secundaria
Moore Middle School y presidente de la Asociación de Educación del
Condado de Jefferson, que representa a más de 5.000 docentes,
bibliotecarios, consejeros y empleados de ese distrito.
Con frecuencia se subestima el poder de las juntas escolares. Ashlyn
Maher, una estudiante de nivel avanzado de la escuela Chatfield High
School que colaboró en la organización de los paros estudiantiles,
expresó: “El año pasado le presté mucha atención al desempeño de la
Junta Escolar, y cada vez me preocupa más lo que está sucediendo”. La
desobediencia civil ha tenido un importante papel en la historia de
Estados Unidos, ampliamente conocido y narrado. La propia Declaración de
la Independencia, tan preciada para conservadores y progresistas por
igual, señala que “se instituyen entre los hombres los gobiernos, que
derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que
cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos
principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla”. Ashlyn
Maher sostuvo también: “Considero haber estado defendiendo aquello en lo
que creo y eso es lo que el pueblo estadounidense ha hecho durante
siglos. Se trata de los cimientos de nuestro país. Yo misma tomé el
curso de historia estadounidense de nivel pre-universitario del programa
AP y lo único que me mostraron fueron hechos. Y luego yo formé mis
opiniones basándome en esos hechos. Nunca se me dijo lo que tenía que
pensar. Somos los estudiantes los que estamos al frente de estas
manifestaciones y es lo que consideramos correcto hacer”.
Los docentes también se han enfrentado a la mayoría de la junta desde
que asumió el poder. John Ford afirma: “Creo que es la combinación de
varias cosas. Tenemos una mayoría en la junta que permanentemente
durante los pasados diez meses ha actuado en secreto, derrochando el
dinero de los contribuyentes y sin el menor respeto por nuestra
comunidad. Por lo que si a todo eso le sumamos esta nueva comisión que
tiene por objeto sanear o purificar planes de estudio, creo que una vez
más están provocando irritación. Y teníamos una larga trayectoria de
colaboración con la junta y el superintendente escolar. Pero todo eso ha
llegado a su fin”, dijo Ford.
Una organización política de derecha de alcance nacional, Americans
for Prosperity, financiada por los multimillonarios hermanos Koch,
celebró la victoria conservadora en las elecciones de la junta escolar
del condado de Jefferson. Dustin Zvonek, director de la organización
para el estado de Colorado, escribió el pasado mes de abril que esas
elecciones constituyeron “un momento emocionante y esperanzador para el
condado y el distrito escolar”. Zvonek exhortó a los tres representantes
por la mayoría a “golpear mientras el hierro esté aún candente”, y
aunque podría no parecer el mejor de los consejeros, redactó: “Los
integrantes de la junta escolar pueden y deben comenzar a explorar y
discutir dichas opciones sin temor a tomar distancia de la amplia
mayoría de la población”.
Pues bien, la población ha tomado amplia distancia. Los estudiantes
de bachillerato continúan organizándose y a ellos se han unido
recientemente los estudiantes de los primeros años de secundaria,
quienes también han decidido manifestarse. Docentes universitarios
locales han conformado un grupo de solidaridad. El miércoles, la
Coalición Nacional Contra la Censura, la Unión Estadounidense por las
Libertades Civiles y otras ocho organizaciones nacionales enviaron una
carta a la junta escolar manifestando su oposición a la revisión
propuesta del plan de estudios. En la carta, sostienen: “Sería casi
imposible enseñar historia estadounidense sin hacer referencia a la
‘alteración del orden público’, concepto que se aborda de forma adecuada
en relación a la Revolución Estadounidense, el movimiento de los
trabajadores, el activismo por los derechos civiles y los derechos de
los homosexuales, la participación de Estados Unidos en la Primera
Guerra Mundial, las protestas por el derecho al voto, las
manifestaciones de la población contra la guerra de Vietnam, la
oposición al aborto, a la vigilancia por parte del gobierno y a un
sinfín de otros hechos significativos en la historia de Estados Unidos.
Decir a las escuelas que no pueden utilizar material que ‘fomente o
tolere la alteración del orden público’ al tratar estos u otros temas
equivale a decirles que dejen de enseñar historia”.
No sólo discrepan con la medida organizaciones de defensa de los
derechos civiles. La propia organización College Board, que regula tanto
los exámenes universitarios SAT como el
programa de cursos de nivel pre-universitario Advanced Placement, emitió
un comunicado de apoyo a las manifestaciones estudiantiles en el que
expresa: “Si una institución educativa o distrito escolar censura
conceptos esenciales de un curso del programa de nivel pre-universitario
Advanced Placement, dicho curso ya no podrá ser designado como parte
del programa ‘AP’”.
Ashlyn Maher, sin mostrarse alterada por los comentarios del
presentador de Fox News Channel que calificó a los estudiantes que
salieron a manifestarse de “títeres” y “vándalos”, reflexionó antes de
partir rumbo a la escuela: “Este tema no dejará de afectarme cuando me
gradúe. Tengo un hermano y una hermana menores que van a crecer en la
comunidad de Jefferson y quiero que tengan la mejor educación que sea
posible”.
Y una clase de educación es lo que ciertamente ha brindado a la
comunidad la nueva medida propuesta por los representantes por la
mayoría en la junta escolar. Los estudiantes están recibiendo, y dando,
grandes lecciones sobre el poder de las manifestaciones y la
desobediencia civil.
Por Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Tomado de http://www.lamarea.com
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro
“Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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