Para los que pensaron que el ex
pelotero y gloria del deporte revolucionario, Antonio Muñoz, se prestaría como
protagonista de un show mediático anticubano, durante su presencia en Miami,
todo fue un rotundo fiasco.
Con la sencillez de
siempre, a raíz de su participación en el Juego del Reencuentro, ayer en el Bucky Dent Park, en Hialeah, donde tuvo
la oportunidad de encontrarse con otras glorias del deporte del bateo y el
picheo, no escondió a la prensa su postura ante Cuba, su amada patria, y sobre
el profesionalismo de las Grandes Ligas.
Honesto declaró a sus
admiradores durante el choque: "Yo sí soy revolucionario, porque nací en
Cuba y jamás he criticado a nadie que venga para acá".
Dijo vivir con el dinero
que le ofrece el gobierno revolucionario, como cualquier cubano simple, sin
otra prebenda que no sea la admiración de sus compatriotas. No se sintió
deslumbrado por los salarios de las Grandes Ligas.
Ante el enojo de algunos
intolerantes, no negó su condición de cubano revolucionario, al responder a las
preguntas que se le hacían en una improvisada rueda de prensa: "Al
contrario. Aquí estamos reunidos, pero sí, soy revolucionario, porque me eduqué
con la revolución, vivo con la revolución, y muchas oportunidades que me ha dado".
Sus compañeros y algunos
fanáticos le sacaron de una montada discusión que provocaron sus palabras
dignas y honestas.
Allí se encontró con
peloteros de la talla de Rolando Arrojo, Gabriel Pierre, Agustín Marquetti, entre
otros.
Respetuoso y sincero,
olvidando cualquier ofensa recibida, dijo: "A todos les
diré en Cuba cómo me trataron aquí, las muestras de cariño que me han
dado" (…) "De verdad que me
han sorprendido con tanto calor humano, que creo humildemente me gané con mi
forma de ser en el béisbol".
Como reseña El Nuevo
Herald, Muñoz fue un grande del béisbol cubano, al decir de él: “Nacido el 17 de enero de 1949, el primera
base de Cienfuegos y los equipos villareños en las Series Selectivas, jugó
durante 24 temporadas y terminó con promedio de .302, 370 jonrones -el primero
en arribar a 300 en la isla- y 1,407 impulsadas.”
Con 65 años de edad y
vencedor de una leucemia que ha puesto en peligro su vida, fue a Miami a
reencontrarse con muchos amigos. La semana próxima viajará a Tampa para sostener un encuentro con ex
peloteros cubanos que jugaron con él en Cuba y regresará a la patria el 26 de
octubre próximo.
Fue, nuevamente el Gigante
del Escambray o, mejor dicho, el Gigante de toda Cuba.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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