Émulo de su predecesor Woodrod Wilson en 1913, Obama retoma “ el deber moral de Estados Unidos” de
dirigir a los países de América Latina en su quehacer democrático. Se arroga el
derecho de “orientar” cómo esos pueblos deben escoger su destino. Hace más de
10 años, los pueblos de América Latina han iniciado un proceso de integración,
sin Estados Unidos, sin la OEA y eso es lo que realmente les preocupa, además
del peligro de prescindir de economías fortalecidas que le permitan paliar la
crisis de inmedibles dimensiones que hace unos años golpea la economía
estadounidense y europea.
Ante los avances de la vieja Europa, sobre lo que Estados Unidos
considera “su patio trasero”, como dijera recientemente el jefe de la Diplomacia
yanqui Jhon Kerry, fija territorio e
intenta orinarnos las caras.
Más de un siglo ha empleado Estados Unidos en tratar de aplastar
la resistencia de los pueblos Latinoamericanos, estrenando todo tipo de
acciones, agresiones, manipulaciones,
invasiones, desestabilizaciones, confabulaciones, conspiraciones y desprestigio
de gobiernos nacionalistas que han querido tomar control de sus destinos.
Los tiempos han cambiado definitivamente. Hoy crece fortalecida el
ALBA, UNASUR y ante la crisis, los pueblos vuelven los ojos a estos procesos
como única solución real a la pobreza y pobreza extrema que nos golpea. Se
miran en los progresos de Venezuela, de Bolivia y ven más claro el camino a la
conquista de sus aspiraciones.
Entonces Obama, de origen negro, pero defensor de la política
imperial, como cualquiera de los otros blancos segregacionistas de Estados
Unidos, que nos ve como su patio trasero tanto con Kerry, se permite declarar
que las elecciones en Venezuela no fueron transparentes, tomando claro partido
con la oposición fascista. Nada ha cambiado, aunque el flamante presidente sea
un negro. Los intereses de Estados Unidos son los mismos. Nos envuelve en su
discurso de una Reforma migratoria para que aplaudamos las demás medidas, en un
asqueroso y añejo chantaje a los pueblos de América Latina.
El presidente de Venezuela, Nicolás
Maduro, respondió este sábado a las declaraciones de Barack Obama y afirmó que
queda claro que "es el propio presidente de los Estados Unidos quien está
detrás del financiamiento de la derecha venezolana que pretende generar caos en
el país. Y no tengamos la menor duda de que así es. Nosotros los
guatemaltecos lo vivimos en carne propia
en 1954, cuando la agresión reaccionaria armada y financiada por Estados Unidos
derrocó el Gobierno de la Primavera de Jacobo Árbenz. En disímiles ocasiones se
ha demostrado la participación del voraz
imperio en toda clase de desestabilizaciones a gobiernos populares y
nacionalistas. Hay bastantes documentos desclasificados que demuestran las atrocidades
que se han llevado a cabo contra nuestros hermanos países
latinoamericanos. La lista es larga y no
nos da tiempo de relatarla acá, pero recordemos Bahía de Cochinos. Las
intenciones estaban, pero fueron a chocar contra la dignidad y valor de una pequeña
Isla del Caribe y el carisma de un movimiento liderado por la estatura de Fidel
Castro.
Hoy, después de la muerte del líder venezolano Hugo Chávez, se
afilan los dientes contra Venezuela.
Es el momento de que los pueblos de América Latina nos formemos en
fila apretada, como decía Martí, y no permitamos que pase el gigante de las
siete leguas.
El Tacuazín Rebelde
Guatemala, 5 de Mayo 2013
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