Tres de los hombres más ricos del mundo –Bill Gates, Warren Buffett y
Sheldon Adelson– criticaron al Congreso de Estados Unidos por el
bloqueo de la reforma migratoria.
Ya es hora de que la Cámara (de Representantes, de mayoría republicana) redacte y adopte una ley que sea tan humana para los inmigrantes como benéfica para los ciudadanos del país, declararon.
En un artículo publicado en el diario The New York Times afirmaron que una ley de reforma de la inmigración podría impulsar la economía.
Bordea la locura la deportación de graduados universitarios que son extranjeros a quienes se les debería dar la bienvenida si deciden permanecer en el país, escribieron.
Agentes de la Patrulla Fronteriza escuchan al titular de la Agencia de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, durente una conferencia de prensa el 30 de junio pasado en Edinburg, Texas Foto Ap |
Por ello sugirieron eliminar la cuota de visas otorgadas a graduados
universitarios en carreras técnicas, de ingeniería o matemáticas, y a
quienes tengan una oferta de empleo. La ley también debe incluir un plan
para ofrecer a migrantes indocumentados la oportunidad de convertirse
en ciudadanos, aunque
sólo después de que se hayan ganado el derecho, destacaron Adelson, donante de fondos para los republicanos; Buffett, que apoya a los demócratas, y Gates, quien financia a ambos partidos.
La reforma de las leyes migratorias que propone Obama fue adoptada en
junio 2013 en el Senado, pero quedó bloqueada en la Cámara baja hasta
después de las elecciones legislativas del próximo noviembre.
Mientras, el bloque de legisladores latinos, cuyos 26 integrantes son
demócratas, se manifestó contra eliminar el derecho a audiencias
judiciales para los menores centroamericanos que cruzan la frontera
estadunidense sin documentos ni acompañantes adultos.
Así, se declaró en contra de que se cambie la ley de 2008 que protege
a las víctimas del tráfico y que requiere audiencias judiciales para
los jóvenes inmigrantes que llegan a Estados Unidos desde países
no contiguos, es decir, cualquier otro que México o Canadá.
Los republicanos quieren más velocidad en los procesos de deportación
abiertos a los 57 mil niños que han llegado a Estados Unidos desde
octubre procedentes en su mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador,
lo que implicaría cambios en dicha ley.
El bloque también exigió al Congreso que apruebe
sin condicionesel fondo adicional de 3 mil 700 millones de dólares solicitado por Obama al Congreso para atajar la crisis humanitaria que ha ocasionado la llegada de los menores, si bien dijeron que deben asegurarse de que ese dinero no sirva para vulnerar la justicia para los niños.
La Agencia de Seguridad Nacional, responsable de devolver a
inmigrantes que entran en el país sin documentos, se quedará sin dinero a
mediados de agosto a menos de que el Congreso apruebe la petición de
emergencia de Obama, indicó su titular, Jeh Johnson.
El funcionario dijo el jueves al Comité de Apropiaciones del Senado
que el organismo de Aduanas y Protección de Fronteras, del que dependen
los más de 20 mil agentes de la Patrulla Fronteriza, se quedará sin
fondos a mediados de septiembre. No obstante, el titular de la Comisión
de Asignaciones, el republicano Hal Rogers, dijo que los fondos pedidos
son demasiados como para que los apruebe la Cámara de Representantes.
Agrupaciones civiles demandaron a la administración Obama y al
Congreso responder a la emergencia de los menores inmigrantes con
acciones inmediatas y brindar alivio a su situación.
Los niños que llegan a nuestras fronteras buscando ayuda constituyen una prueba a nuestros valores e identidad. La Casa Blanca y los republicanos deben mantener estos valores y pasar esa prueba, indicó la Asociación de Funcionarios Latinos Electos y Designados, que se sumó a la demanda de aprobación urgente de los 3 mil 700 millones de dólares solicitados por el mandatario el jueves.
El Movimiento para una Reforma Migratoria Justa consideró que dada la
crítica situación que estos menores encaran en sus países de origen, lo
que se requieren son respuestas prontas a la situación y no posturas
políticas.
Mientras, el gobierno estadunidense suspendió su plan de enviar al
área de San Diego a cientos de los inmigrantes centroamericanos que
ingresaron a Texas, y en lugar de eso, la Patrulla Fronteriza en esa
ciudad californiana ayudará a manejar el flujo de ingreso mediante el
procesamiento de documentación y entrevistas de admisión, informó el
Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, el organismo sindical de los
agentes.
En la decisión habrían influido las críticas a los traslados hacia
Murrieta, California, donde una oficina de la Patrulla Fronteriza había
sido asignada para recibir a muchos de los inmigrantes.
Por otro lado, el cuerpo del niño guatemalteco Gilberto Francisco
Ramos Juárez, de 15 años, quien murió en junio pasado en el desierto de
Texas en su intento por encontrarse con su hermano en Chicago, fue
entregado hoy sus familiares en la capital de Guatemala.
La Jornada
Con información de Ap, Dpa, Reuters, Afp, Pl y Notimex
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