Fotografía de archivo de la exministra de Defensa, Carme Chacón (d), y el director del CNI, Félix Sanz Roldán |
Bernardo V., agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) adscrito a la División de Operaciones, ha sido expulsado del servicio secreto por haber intentado pasar información sensible
al PP en 2011, cuando el centro de espionaje dependía orgánicamente del
Ministerio de Defensa, entonces bajo la dirección de la socialista Carme Chacón, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas a la Moncloa.
Fue el propio PP, a través de personas próximas a José Luis Cortina,
exjefe de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales (AOME) del CNI
y absuelto por falta de pruebas en el juicio del 23-F, quien alertó al servicio de espionaje.
Bernardo V., brigada de la Guardia Civil, fue primero sancionado con
tres años de suspensión y más tarde expulsado con el visto bueno de la
vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de la que ahora depende el CNI.
El
espía expulsado, que estaba al frente de la sección de Doctrina de la
División de Operaciones, no llegó a robar documentos originales del CNI,
pero sí guardó durante años copias manuscritas de muchas de las
misiones en las que él mismo participó o de las que tuvo conocimiento
por el puesto que ocupaba. La investigación interna ordenada en 2011 por
el máximo responsable del servicio secreto, el general Félix Sanz, no aclaró las razones por las que Bernardo V. copió esos informes.
"No
sería la primera vez que un agente del CNI hace acopio de información
reservada para cubrirse las espaldas", sostienen las fuentes
consultadas. Pero ¿por qué Bernardo V. contactó discretamente con la
sede de Génova para comunicar que disponía de información comprometida?
"Porque su conducta había levantado sospechas en el CNI y sabía que lo vigilaban. Por eso trató de blindarse ofreciéndole su mercancía al PP. Pero sus supuestos contactos en el partido le traicionaron", añaden las mismas fuentes.
Actividades "extraprofesionales"
El ya exespía recurrió su expulsión
por la vía contenciosa, según informó el 22 de abril la Cadena Ser.
Pero la Audiencia Nacional dio la razón al CNI el pasado mes de marzo,
asegurando que "del examen de las actuaciones se evidencian actividades
extraprofesionales que revelan, sin lugar a dudas, que el agente ha
vulnerado su obligación de guardar secreto y reserva de los asuntos de
los que conozca por razón de su trabajo".
No es la primera vez que el CNI se enfrenta a una fuga de información. En 2010, el exagente Roberto Flórez
fue condenado a 12 años de prisión por un delito de traición, tras
probarse que se hizo con documentación secreta con la intención de ofrecérsela a los servicios secretos de Rusia,
aunque el tribunal consideró que no hubo "acreditación suficiente" para
saber si finalmente llegó a venderla. Pero, a diferencia de lo ocurrido
ahora con Bernardo V., Flórez no fue expulsado del CNI porque ya había
abandonado el servicio secreto cuando el robo fue descubierto.
Aún más sonado fue el caso del coronel Juan Alberto Perote,
exjefe de la AOME, que sustrajo durante varios años material muy
comprometido del Cesid, el precursor del CNI. Perote fue condenado en
1997 a siete años de cárcel por el Tribunal Militar Central por un delito de revelación de secretos. Cuando fue destituido en 1991 se llevó numerosa documentación del centro sobre la guerra sucia del Gobierno de Felipe González contra ETA. La publicación de esa información destapó la existencia de los GAL.
Tomado de http://www.elconfidencial.com
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