El presidente de Siria, Bashar al Assad, rechaza la posibilidad de
renunciar al poder para concluir la crisis en su país ya que ha sido
elegido y "es el pueblo quien decide mi permanencia".
En una entrevista publicada hoy por el diario argentino Clarín,
la primera que concede a un medio hispano desde el inicio de la guerra,
Al Assad considera "inadmisible" que se diga que tiene que irse porque
"Estados Unidos lo quiere o porque los terroristas lo piden", en
referencia a la oposición.
El mandatario achaca a múltiples
elementos la extensión y profundización de la crisis en Siria, "el más
importante es la intervención externa".
Cuando se le plantea que,
según la ONU, la guerra ha causado más de 70 mil muertos, indica que
"habría que preguntar a quienes plantean esas cifras la credibilidad de
sus fuentes" y añade que muchos de los muertos "son extranjeros que
vinieron a matar al pueblo sirio".
Al Assad dice que es poco
objetivo hablar de un uso excesivo de la fuerza y que "responde según el
tipo de terrorismo que afronta".
Respecto a si no hubo al inicio
de la crisis la posibilidad de alcanzar un diálogo para evitar este
desenlace, dice que se hicieron reformas "pero ante cada paso que
dábamos se incrementaba el terrorismo".
Añade que "el terrorismo
no puede ser el camino hacia las reformas" y que "nadie quiere dialogar
con un terrorista" que "degüella, mata y usa gases químicos".
Asimismo,
acusa a Israel de respaldar "directamente y por dos vías a los grupos
terroristas, les da apoyo logístico y los instruye sobre cómo y cuáles
sitios atacar".
Sin embargo, niega que las fuerzas gubernamentales
tengan el apoyo de combatientes de fuera de Siria y admite que es
cierto que hay personas del grupo chií libanés Hezbolá e Irán, "pero
desde antes de la crisis ellos han venido a Siria".
Respecto a la
conferencia sobre Siria planeada para fines de este mes por Rusia y
Estados Unidos responde que ha acogido bien el acercamiento entre ellos,
y que espera "que configure un encuentro internacional para ayudar a
los sirios", pero no cree que "muchos países occidentales quieran
efectivamente una solución en Siria".
Agrega que "no puede haber una solución unilateral en Siria, se necesitan dos partes al menos".
"El
aspecto básico a tratar en cualquier conferencia internacional es
detener el flujo de dinero y armas a Siria y detener el envío de
terroristas que vienen de Turquía y con financiación qatarí y de otros
Estados del Golfo como Arabia Saudí", explica.
A la pregunta de si
existe la posibilidad de que el diálogo incluya a esas fuerzas
externas, como Estados Unidos, Al Assad muestra la disposición a hablar
"con cualquier fuerza del país o del exterior, a condición de que no
empuñen armas".
"Nunca dijimos que queríamos la solución que mejor
le convenga al gobierno; no exponemos lo que nosotros pensamos que
sería mejor. Le hemos dejado la solución al pueblo sirio", indica.
Ante
las denuncias de que su ejército usó armas químicas contra la población
civil, dice que no quiere perder el tiempo con esas declaraciones.
"Las
armas químicas son armas de destrucción masiva (...) El uso de armas
químicas en zonas residenciales significa matar miles o decenas de miles
en minutos. ¿Quién podría ocultar semejante cosa?", señala.
A
este respecto, acusa a los rebeldes, a los que llama "grupos
terroristas", de haberlas usado en Alepo y en Khan al-Assal hace unos
dos meses y que tiene pruebas: "el misil usado y las sustancias
químicas".
El presidente sirio dice que envió una carta al Consejo
de Seguridad de la ONU, pero que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña
se vieron en una situación embarazosa y dijeron que "querían enviar una
misión que investigara sobre armas químicas en otras zonas donde alegan
que fueron usadas".
"Lo hicieron para no investigar en dónde se produjo el hecho real", concluye.
EFE
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