Su ex jefe del Pentágono está criticando su política exterior.
Asesores políticos de mucho tiempo están cuestionando su estrategia de
campaña, y demócratas trabados en contiendas por las elecciones
intermedias no quieren que el mandatario esté cerca de ellos desde ahora
y hasta el día de los comicios.
El desencanto con Obama es en parte un reflejo de la inevitable
fatiga con un presidente que llega a sus últimos años en el cargo. Pero
algunos demócratas dicen que es también una consecuencia de la
estrategia insular del mandatario para gobernar y de su preferencia a
apoyarse en un grupo pequeño de asesores de la Casa Blanca, lo cual lo
deja con pocos aliados leales en el Capitolio y otros sitios.
“Este presidente es sumamente independiente”, dijo Paul Begala, un
estratega demócrata y asesor durante mucho tiempo del presidente Bill
Clinton. “Por muchas razones eso es algo muy bueno. Él probablemente
llegó a la presidencia debiéndole menos a otras personas en comparación
con cualquier otro presidente de que se tenga memoria. El riesgo es que
la independencia se puede transformar en aislamiento”.
Aunque los funcionarios de la Casa Blanca rechazan la noción de que
el presidente esté aislado o debilitado, hay pocas dudas de que la
posición de Obama ante el pueblo estadounidense y su propio partido ha
caído desde su retumbante reelección en 2012. Golpeado por una serie de
crisis internas e internacionales, el índice de aprobación del
mandatario se ha mantenido cerca de niveles récord en baja durante la
mayor parte del año. Su partido está en riesgo de perder la mayoría en
el Senado en las elecciones intermedias de noviembre y ningún candidato
demócrata entrabado en contiendas reñidas ha decidido hasta ahora
realizar una aparición de campaña al lado del presidente.
Es ante ese telón de fondo que algunos de los asesores de mucho
tiempo de Obama han comenzado a elevar críticas despiadadas,
destacándose entre ellos Leon Panetta, el ampliamente respetado ex
congresista que fungió como director de la CIA y secretario de Defensa
en el primer período presidencial de Obama. En un nuevo libro de
memorias y una serie de entrevistas, Panetta ha apuntado sus críticas
tanto a la toma de decisiones del mandatario en política exterior como
hacia sus capacidades de liderazgo en general.
Panetta escribe que, como jefe del Pentágono, temió que la decisión
de Obama de retirar todas las tropas estadounidenses de Irak a fines de
2011 podría poner a esa nación en riesgo de convertirse en “un nuevo
paraíso para que terroristas fraguaran ataques contra Estados Unidos”.
Washington está ahora realizando ataques aéreos contra un grupo
miliciano en Irak, así como en Siria, que funcionarios del gobierno de
Obama advierten que a la postre podría representar una amenaza para
Occidente.
Pero la crítica más mordaz de Panetta está reservada al estilo de
liderazgo de Obama. Escribiendo sobre la incapacidad del mandatario para
detener recortes presupuestales fuertes al Pentágono, Panetta dijo que
el episodio reflejó “la debilidad más claramente visible del presidente,
una reticencia frustrante a involucrar a sus adversarios y recabar
apoyo para su causa”.
“Demasiado frecuentemente, desde mi punto de vista, el presidente se
apoya en la lógica de un profesor de derecho en lugar de hacerlo en la
pasión de un líder”, agregó Panetta.
El ex presidente Jimmy Carter contribuyó con su propia crítica el
martes, diciéndole a un periódico de Texas que era difícil descifrar
cuál es exactamente la política de Obama en Oriente Medio.
“Cambia de vez en cuando. Me percaté que dos de sus secretarios de
Defensa, después de que dejaron el puesto, fueron muy críticos de la
falta de acción positiva por parte del presidente”, declaró Carter al
periódico Fort Worth Star-Telegram, refiriéndose tanto a Panetta como a
Robert Gates. Este último también criticó al mandatario en un libro
anteriormente este año.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario