¿Puede extrañar que la
solo posible presentación de un dúo de famosos cantantes cubanos en Miami
suscite una reacción tan demencialmente agresiva?
De nuevo, esquizofrénicos
que deambulan por esa urbe amenazan con imponer allí la barbarie.
Sucede a pocos días de que
estropearan una exposición del artista plástico cubano Antonio Guerrero,
trasladada a otra sede.
Este último guarda prisión
en la cárcel de Marianna, estado de la Florida, por frustrar acciones
terroristas contra La Habana y Estados Unidos.
En otras regiones del país mantienen también cautivos por igual motivo a Gerardo Hernández Cordero y Ramón Labañino Salazar.
En otras regiones del país mantienen también cautivos por igual motivo a Gerardo Hernández Cordero y Ramón Labañino Salazar.
Ahora, tan pronto
anunciaron la presentación del Dúo Buena Fe, en Miami, grupos del “exilio
histórico” se dispusieron a sabotearla.
Lo anticiparon saliendo a
lugares públicos vociferando que “las calles de Miami no son de Fidel Castro”.
¿Quiénes componen el titulado
exilio histórico en aquella ciudad?
Lo que resta, o quienes
proceden, de unos 400 asesinos, torturadores y otros colaboradores de la
tiranía de Fulgencio Batista que lograron huir de Cuba a principios de 1959.
Son los que en estos
momentos, junto a otros de parecida casta, se cubren de un colosal ridículo al
mezclar la propiedad de sus calles con Fidel.
En ese contexto citaron para una manifestación, el próximo día 18, frente al Miami Dade Auditorium, con el objetivo de protestar por el concierto de Buena Fe.
En ese contexto citaron para una manifestación, el próximo día 18, frente al Miami Dade Auditorium, con el objetivo de protestar por el concierto de Buena Fe.
Según la periodista Nora
Gamez Torres, de El Nuevo Herald, ya es habitual la presencia en Miami
de músicos residentes en la isla.
Aunque, subraya, el sector
más duro del exilio, “no está de acuerdo con el llamado intercambio cultural”
con artistas cubanos a quienes denominan involucrados en el activismo
castrista.
La presentación de Israel
Rojas y Yoel Martínez, el dúo Buena Fe, era auspiciada por la compañía Brickell
Travel Management, pero brutales presiones ultraderechistas la hicieron
retirarlo.
Muy parecido a lo que
sucedió en agosto con el bloqueo a una muestra de 15 acuarelas del artista
Antonio Guerrero.
Semanas atrás el
bochornoso cierre impuesto a un contrato establecido al trovador cubano Tony
Ávila en Puerto Rico.
Pero no solo ello, también
la drástica reducción de espacio que aplicaron a sus movimientos en una
zona de Miami.
Al mismo tiempo, las
desenfadadas presiones dirigidas a entorpecer el trabajo de Radio Miami, bajo
la dirección de Max Lesnik, y de La Tarde se Mueve, a cargo de Edmundo García.
¿Motivo? Porque se
salen del guion trazado por la ultraderecha de origen cubano a la hora de
mencionar el tema Cuba.
Pero es solo una pequeña
muestra del grueso conjunto de inmundicias que caracterizan lo sucedido.
Han incendiado estelares
obras de arte, como el Pavo Real de Manuel Mendive, por el solo hecho de
exhibirla en un museo de Miami.
Amenazaron con bombas la
estancia en aquella localidad de una figura cimera del arte caribeño, Luis
Carbonell.
Una carga explosiva
destruyó parcialmente en Nueva York el Centro de Estudios Cubanos y estuvo al
punto de matar a su directora, la notable intelectual Sandra Levison.
Esta sintética muestra
parece suficiente, aunque hay mucho más.
¿Puede entonces extrañar
que la solo posible presentación de un dúo de famosos cantantes cubanos en
Miami suscite una reacción tan demencialmente agresiva?
Algo más peligroso, sucede
cuando según estadísticas, en Estados Unidos se multiplican los grupos nazis.
Eso último merece una
reflexión más amplia, serena y profunda, pues ya ocupan posiciones importantes
en las esferas claves del país.
Escrito por
Nicanor León Cotayo
CubaSí
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