Un oficial de los servicios de seguridad estonios
espió durante años para Rusia, a la que entregó secretos sobre las actividades
de inteligencia de Estados Unidos y la OTAN, informó hoy el canal NTV de la
televisión rusa.
Según el programa "Investigación", se trata
de Uno Puuseppe, antiguo agente del KGB soviético que, tras la desintegración
de la Unión Soviética, pasó a trabajar en los servicios de seguridad estonios o
KAPO.
"Al peligro uno se acostumbra poco a poco. Vas a
trabajar durante 20 años sabiendo que en cualquier momento te pueden encerrar
por otros 20", confesó Puuseppe.
Gracias a su colaboración, fueron detenidos varios
agentes de servicios secretos extranjeros y se impidió la fuga de información a
través de la escuchas de la embajada rusa en Tallin, capital de Estonia,
miembro de la OTAN desde 2004.
El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB)
"descubrió varias operaciones a gran escala de los servicios secretos de
EEUU, Suecia, el Reino Unido y otros países", señaló el narrador del
programa.
"En mi opinión, durante el trabajo de Uno la
labor de la policía de seguridad estonia contra Rusia se vio reducida en un 80
por ciento. Nos enteramos de los preparativos de muchas operaciones. Supimos de
los intentos de reclutamiento, lo que nos permitió adoptar medidas",
comentó Yermakov.
El agente estonio del FSB entregó a Moscú informes del
primer ministro y del jefe del KAPO, e información sobre las reuniones entre
los servicios secretos bálticos, finlandeses y británicos.
Según el canal ruso, la información enviada por
Puuseppe permitió al FSB conocer el programa de escuchas de la Agencia Nacional
de Seguridad (NSA, en inglés) en Europa antes de que fuera denunciado por el
propio Edward Snowden.
También permitió que los servicios secretos rusos
detuvieran al antiguo agente del Servicio de Espionaje Exterior, Valeri
Oyamaye, que espió para Estonia y el Reino Unido, y que fue condenado a siete
años de cárcel, informó la agencia Interfax.
Igualmente, fue detenido y condenado el coronel de las
tropas fronterizas, Ígor Vialkov, que espiaba para Estonia, país con el que
Rusia mantiene tensas relaciones, entre otras cosas, por la demarcación
fronteriza y la discriminación de la minoría rusa.
Esto alertó a los servicios secretos aliados, que
abrieron una investigación que condujo a la detención del antiguo agente del
KGB, Vladímir Veitman, quien fue condenado a 15 años de cárcel tras confesar su
colaboración con la Inteligencia rusa.
"Por supuesto, me sorprendió mucho cuando en vez
de arrestarme a mí, detuvieron a mi colega Veitman que, por lo que yo sé, no
había entregado ninguna información", reconoció Puuseppe.
El programa destacó que el espía estonio, cuya labor
era desconocida hasta por su propia esposa, dejó el KAPO ha tres años y se
trasladó a vivir a Moscú. EFE
Tomado de http://www.elnuevodia.com
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