viernes, 12 de diciembre de 2014

La dudosa suerte de ser mercenario en Cuba.



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El sitio Diario de Cuba publicó hoy una nota de Yania Suárez, titulada “Por tirar una foto, otra vez”, en que la nada inocente fotógrafa comenta sus “desventuras” por fotografiar la respuesta popular y de nuestros órganos de enfrentamiento a la provocación montada por el grupúsculo contrarrevolucionario Las Damas de Blanco, nada menos que en la céntrica esquina de 23 y L, en el barrio habanero de El Vedado, como una planificada acción por el Día de los Derechos Humanos.

“Hace un año exactamente, la policía visible e invisible me mandó al otro lado de La Habana por sacar una foto al cerco militar que rodeaba la casa de Antonio Rodiles.

Anteayer las Damas de Blanco intentaban caminar por los alrededores del cine Yara en medio de un operativo policial gigantesco. Sigue siendo un error que las apresen por querer manifestarse pacíficamente. Yo andaba por allí, algo confundida porque a poca distancia del lugar, el Gobierno había montado un chiringuito donde le daba vivas a los Derechos Humanos y decía que celebraba por todo lo alto el 10 de diciembre.

De modo que me fui a ejercer uno de esos derechos. Al final, como comprobé posteriormente en la estación, por mi cuenta no solo prendieron a las Damas, sino a todo el que andaba fotografiando por allí que no fuera "de ellos".”

A contrapelo con estos sucesos en que unos cuantos provocadores intentaron armar un circo mediático de poca monta, siendo repudiados por el pueblo allí presente, el gobierno español sacaba a la luz la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, la que prohíbe cualquier protesta ciudadana no solo frente al Congreso de los Diputados o ante la sede oficial del Ejecutivo español, sino en lugares públicos emblemáticos, llegando inclusive a penalizar a quien fotografíe cualquier acción policial contra algún ciudadano con multa hasta de 30,000 €.

La “pobre” Yania tuvo la suerte de no vivir en España o en Estados Unidos en donde existen severas penas para quienes protestan en lugares públicos e intentan desestabilizar el orden público.

Como se prestó a la provocación, luego de pasar solo unas horas detenida, salió libre sin que se vieran afectados ni su bolsillo, ni su dignidad. Por el contrario, recibió un premio en moneda libremente convertible por su atrevida acción por parte de los fondos de la USAID.

Esa es la dudosa suerte de los mercenarios en Cuba.


Percy Francisco Alvarado Godoy.

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