El Estado Islámico ha logrado sumar a su causa combatientes
procedentes de lugares insospechados, ubicados en el otro extremo de su
autoproclamado califato. El último ejemplo de su vasta red de
reclutamiento es Abu Hudaifa al Meksiki, el nombre de guerra de un
yihadista de nacionalidad mexicana que habría entrado en combate en
Siria, han revelado expertos en yihadismo a El Mundo / Mx.
Pocos
detalles han trascendido de la identidad de Abu Hudaifa al Meksiki (el
mexicano, en árabe), del que se desconoce incluso su verdadera
identidad. En su única imagen difundida hasta la fecha, aparece con el
rostro oculto bajo una kufiya (pañuelo palestino) y empuñando un
kalashnikov. Un árido paisaje enmarca la figura de la fotografía, en
riguroso blanco y negro.
A las órdenes del
autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi, el grupo yihadista controla
amplias zonas de ambos países y tras capturar el pasado junio Mosul -la
segunda ciudad de Irak- ha logrado diluir sus fronteras gobernando a
unos 11 millones de habitantes. Los ataques aéreos lanzados desde agosto
por la coalición internacional liderada por Estados Unidos han detenido
su rápido avance pero, de momento, no han logrado recuperar el
territorio arrebatado por sus acólitos.
El militante mexicano se
habría convertido en uno de los más de 15 mil guerrilleros extranjeros
que han viajado hasta el califato para unirse a la yihad (guerra santa)
seducidos por el infame historial de ejecuciones sumarias,
crucifixiones, amputaciones o decapitaciones que han obligado a cientos
de miles de personas a abandonar sus hogares.
La instantánea que
confirma su adhesión a las filas yihadistas fue publicada en internet el
pasado 16 de mayo. “Realmente no se ha sabido nada desde entonces”,
precisa Khan. Cuentas de Twitter vinculadas ideológicamente al EI han
usado la imagen para presumir de la variopinta procedencia de los
“muyahidines” (guerreros santos). La semana pasada, sin embargo, varios
perfiles de supuestos militantes del EI se hicieron eco de la muerte del
mexicano.
Según estas informaciones, que no han podido ser
verificadas de manera independiente, “el mártir” Abu Hudaifa al Meksiki
habría caído en la ciudad kurdo-siria de Kobane, escenario desde el 16
de septiembre de una ofensiva del EI. Precisamente el pasado domingo el
Observatorio Sirio de Derechos Humanos cifró en 905 los combatientes del
EI fallecidos en los choques contra kurdos sirios que se registran
desde entonces en sus alrededores, cerca de la frontera con Turquía.
Entre las bajas, figuran al menos 23 suicidas.
Los
hispanohablantes forman un pequeño grupo en las filas del EI, nutridas
por militantes originarios de Canadá, Reino Unido, Estados Unidos,
Francia, los países árabes o la región rusa de Chechenia, entre otros.
TRAC calcula que hay al menos 184 personas procedentes de España o
América Latina en la organización yihadista. La cifra -recalcan- es
mucho más alta si se contabilizan los marroquíes que se han alistado al
califato desde territorio español, en enclaves especialmente sensibles
como Ceuta o Melilla.
El grupo señala que las redes yihadistas en
la península ibérica comparten patrón con las de otros países europeos
como Francia y Bélgica. Los objetivos del reclutamiento suelen ser
musulmanes que -a diferencia de sus padres- han nacido y crecido en
ciudades europeas y que a menudo no han participado en actividades
terroristas hasta su periplo a las tierras del EI.
Francisco Carrión, especial para El Mundo / Mx
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