Con la propaganda opositora se creó un escenario de guerra para
la intervención extranjera, alertó el psiquiatra Heriberto González
El psiquiatra Heriberto González considera que una parte de la
sociedad venezolana ha sido programada durante 14 años, mediante una
guerra de Cuarta Generación, con el fin de estar preparados para la
batalla, desear pelear y atacar a la otra y al otro, como se vivió
durante el lunes y martes luego de las elecciones presidenciales del 14
de abril. ¿Cómo? Con técnicas de manipulación propagandística que anulan
la parte racional del cerebro.
El ser humano, tal como lo explicó el psiquiatra, evolutivamente ha
desarrollado varios cerebros: uno muy antiguo, heredado de los reptiles,
donde están las conductas básicas, como rabia y ataque, huida, miedo,
sexualidad, apetito y territorio, “impulsos muy poderosos”; y el
mameliano, donde se alojan sentimientos de apego, amor y solidaridad.
Ambos son emocionales.
Existen dos cerebros superiores del pensamiento, uno racional y otro
intuitivo. Este último tiene más conexión con los emocionales, pero “el
cerebro tiene una dificultad: no podemos diferenciar la fantasía de la
realidad” y solo una parte del izquierdo lo detecta, pero se puede
anular inconscientemente.
“Es lo que pasó ahora y la derecha sistemáticamente lo sigue
haciendo. Si alguien como Henrique Capriles dice: ‘Yo soy del pueblo’, y
sabes quién es él, quedan dos alternativas: o prendes el cerebro
racional y dices que no es así, o lo crees y apagas el cerebro racional y
dejas abierta la vía de los cerebros irracionales”.
En la propaganda electoral de la oposición se apeló a la esperanza; en caso de derrumbarse, se sustituye por tristeza o rabia.
-¿Es un proceso inconsciente?
-Totalmente. Te apago el cerebro izquierdo, diciéndote algo que no es
racional, y comienzo a crear ilusión y miedo; por ejemplo, el país va a
salir adelante, pero te pueden quitar tus cosas. Eso genera una
tensión, que mantiene a la gente en expectativa.
ESCENARIO PARA UNA INTERVENCIÓN
Capriles sabía, cuando habló la madrugada del lunes 15 de abril, que
había perdido, señala el experto; y “si él dice: ‘acepto que perdí’,
todo ese trabajo se transformaría en tristeza y desmovilización en su
gente; y los revolucionarios se movilizarían. Utiliza una gran
estrategia: duda, acusa y dice que están robando los votos, lo cual hace
que el miedo se transforme en un tipo de rabia, que se llama
indignación”, ilustró.
Si se expresa rabia pura, las personas sienten vergüenza y hasta
culpa, pero cuando la rabia se asocia con heroísmo, se expresa
públicamente con orgullo. “Entrar en la casa de alguien, tumbarle la
puerta y destruirle los muebles produce vergüenza, pero si es un
‘desgraciado’ que quiere robarnos el futuro, ese acto se convierte en
heroico”.
- ¿Se negativiza la imagen del chavismo?
-Se transforma el chavismo en traición, fraude; quieren robarte tu
voto y es “justo” que sean agredidos. Salgo y me transformo en cerebro
reptiliano, en un salvaje.
-¿Se dio un escenario para crear un enfrentamiento entre venezolanos?
-Absolutamente. Se venía preparando y no era secreto. Diosdado
Cabello y José Vicente Rangel lo dijeron. La enorme sorpresa fue la
diferencia tan escasa de votos.
- ¿Sorpresa para ambos sectores?
- Sí. Hay que investigar para explicar por qué, en 10 días, se
cambiaron 700 mil votos de un lado para el otro. ¿Cuál es la gran
esperanza de la oposición? Ganar por la vía electoral, que sería la
legal y pacífica; la otra es crear un escenario que amerite una
intervención extranjera.
NO PODÍAN LUCHAR CONTRA CHÁVEZ
El psiquiatra estima que detrás de la oposición hay un equipo de
expertos pagados para abordar con propaganda al pueblo venezolano. Por
ejemplo, evitar la desmovilización de sus seguidoras y sus seguidores,
que fue lo que ocurrió el 7 de octubre de 2012 cuando se reeligió Hugo
Chávez y las electoras y los electores no se movilizaron el 16 de
diciembre en las elecciones de gobernadores.
En la campaña de Capriles, esos expertos se dieron cuenta de que no
podían luchar contra Chávez y sus símbolos, porque “perdían”, así que se
camuflaron, llamando su comando Simón Bolívar, usando la bandera y el
logo del Bicentenario.
“El mensaje fue: respetamos a Chávez, es un gran líder, pero su gente
no es Chávez. ¿Qué vendrá? Una pila de zamuros que le caerán a
Venezuela para robarla. Dijeron: ‘nosotros, los opositores, sí somos
revolucionarios, queremos al pueblo, le daremos nacionalidad a los
cubanos y legalizaremos los títulos’. Si usas el cerebro racional,
dirías: ‘Eso es cuento’, pero si aceptas que tiene buenas intenciones,
apagaste ese cerebro”.
-¿Esa campaña de supuesta tolerancia se cayó con la violencia de esta semana?
-Claro. Pero si a Capriles le llegan a armar un expediente -que de
verdad lo dudo, porque tenemos una tradición grande de impunidad en el
país- sus abogados y él mismo dirían que nunca jamás usó la palabra
violencia, o que salieran por la fuerza.
- Pero dijo que descargaran su arrechera
- Pero en los cacerolazos y eso no es llamar a la violencia. Dicen y
dirán: ‘¿Quiénes llamaron a la violencia? Los chavistas, que son
violentos; esos muertos no son nuestros, sino producidos por el
chavismo’. Quien sigue a Capriles vuelve a ponerse en la paradoja:
¿miente o no? Veremos si se prende su cerebro racional o reptiliano, y
si sigue programado.
CAMBIO CULTURAL
Para González, 7,2 millones de venezolanas y venezolanos siguen
programados, lo cual les ha causado dos enfermedades mentales: paranoia
inducida y disociación. “Disociar es convivir con dos realidades
opuestas, dos creencias irreconciliables, sin darse cuenta de la
contradicción. Por ejemplo, estás en un restaurante tomando un whisky 20
años, con una camioneta que costó 700 mil bolívares, y dices que la
situación está malísima y no se puede vivir en este país”, retrató.
-¿Qué se puede hacer con esa gente enferma?
-Hay una parte irrescatable. Las personas que sufren psicológicamente
es porque están programadas por sus padres para sufrir. Cuando
reconocen el problema y quieren cambiar, van a un psiquiatra y tardan
tres años en poder cambiar. Las personas programadas durante el paro
petrolero del 2002 y 2003 son, a mi juicio, absolutamente impermeables, a
menos que recibieran una ruptura paradigmática.
-¿Así se les destruyan sus relaciones con amigos y familia?
-Sí. Pero hay un grupo de personas, que deben ser quizás como 5
millones, que están allí y sobre ese grupo hay que actuar. Pienso que ha
habido una desidia con las y los estudiantes de primaria y secundaria;
se les debe enseñar historia, por qué somos como somos, el efecto de
Estados Unidos en América Latina, qué ha pasado en los anteriores
gobiernos. Hace falta una reforma curricular y allí me he estrellado yo.
-¿Se podría subsanar con acciones como el cierre de Globovisión o su venta para cambiar su línea editorial?
-No, lo transforman en mártir. Hay que utilizar las redes sociales,
los medios, las escuelas, todo, para crear el nuevo paradigma, pero
tenemos dos años para hacerlo.
-¿Por qué dice dos años?
-Porque van a preparar el revocatorio. Hay un grupo del chavismo duro
e incondicional. Al lado hay un grupo ilusionado por obtener cosas,
pero si un día va a Mercal y no consigue lo que quiere, le echa la culpa
al gobierno y se pasa al otro lado.
-¿Qué retos quedarían para el gobierno?
-Hacerse una autocrítica severísima desde las encuestadoras -porque
todas se equivocaron- hasta los gobiernos locales. Se deben abordar
factores que tocan de refilón, pero son importantísimos, como combatir
la ineficacia, la corrupción, la inseguridad y la impunidad. La
corrupción es un mal nacional, pero debemos especificar qué es
corrupción e ineficacia, porque la gente tienes otros conceptos. Se
requiere un proceso de educación cultural.
MIEDO Y RABIA VERSUS AMOR
Pese a ser un líder contradictorio, porque dice ser del pueblo pero
perteneció a la ultraderecha, las seguidoras y los seguidores de
Capriles no le ven defectos “porque están programados, con el cerebro
racional bloqueado. Todo se obvia: cómo hizo su carrera política y que
su familia está ligada a las trasnacionales”.
- ¿Pero hasta el pueblo humilde le cree?
-Un ejemplo: excepto mi vecino del frente, que es chavista, todos,
incluyendo los barrios, son caprilistas, gente humilde. En la esquina
hay una casa que está en construcción por la Gran Misión Vivienda
Venezuela, y era un ranchito, y en las elecciones esas familias pusieron
un afiche de Capriles de arriba abajo. Y se la están regalando. Están
disociados.
-¿El modelo socialista que plantea el chavismo es viable con una sociedad programada así?
-Hay que volver a programar. “Yo soy Chávez” es un programa para
activar el cerebro emocional amoroso. La programación es inevitable, no
se puede hablar racionalmente todo el tiempo. En situaciones límite
actúa el cerebro reptiliano, que transforma miedo en rabia para
sobrevivir, pero transformar miedo y rabia en amor, que es lo que
pretende la Revolución, es más difícil. Toda la propaganda de Maduro se
fundamentó en lealtad, fidelidad y amor, que son principios
fundamentales.
- ¿Pero más de 700 mil personas salieron a votar por la otra opción?
-El otro se fundamentó en la sobrevivencia: no hay alimentos, no hay
electricidad, tu vida está en peligro por la inseguridad, tu futuro está
en peligro. Infundía miedo y rabia. Y cuando pones a competir amor
versus miedo y rabia, ganan los últimos.
-¿Qué le faltó a la campaña electoral de Nicolás Maduro?
-Infundir miedo real. Decir: “Es mentira, ¿quién es Capriles? Vas a
perder tu casa”. Doy clases en la Unefa y la mayoría de estudiantes votó
por la oposición. Si Capriles llega, ¿qué hará? Cierra la Unefa y sus
títulos no valdrán. Cerrará los CDI, se acabó Mercal, misión Vivienda.
Hay un documento que habla sobre eso, pero la Revolución no hizo
propaganda.
EL USO MILITAR DE LAS REDES SOCIALES
De acuerdo con el psiquiatra Heriberto González, la programación
mental trascendió a ver Globovisión, canal que mantiene una línea
editorial propagandística antichavista, y llegó a las redes sociales.
“Es un uso militar”, con la creación de rumores.
Las redes sociales las usan las y los jóvenes y permite la
movilización inmediata, según González. “Durante el golpe de Estado, VTV
no sabía qué hacer, no tenía equipos para responder, y menos en el paro
petrolero. En estos años se han ido emparejando con las televisoras,
pero han surgido las redes sociales y, si no hubiera sido porque Hugo
Chávez empezó a tuitear, la gente de mi generación no las usaría jamás”.
FORMACIÓN PARA DESPROGRAMAR
El psiquiatra Heriberto González produjo un material en DVD, llamado
“Curso de formación histórico-político”, para instruir durante 20 horas
sobre los mecanismos psicológicos y su historia; cómo se hace la
programación mental, cómo se ha usado para dominar, colonizar, con
ejemplos concretos. Incluye audio y video, así que no necesita un
instructor.
“Me ha llevado entre 10 mil y 15 mil horas de trabajo”, equivalente a
más de un año de esfuerzo día y noche. El audiovisual está a la orden.
OPOSICIÓN RECURRIÓ EN CAMPAÑA AL ESTIGMA DE CLASES CONTRA MADURO
El estigma de clases reinó en el colectivo que creyó en la opción de
Henrique Capriles. Para el psiquiatra Heriberto González, el programa
inicial fue decir que Hugo Chávez es un líder respetado, mientras
Nicolás Maduro no, “es otro”. Y sobre esa idea “se van agregando
creencias”, como que íbamos a ser gobernados por un chofer.
“Rómulo Betancourt fue bachiller, al igual que Carlos Andrés Pérez.
Lula y Evo Morales terminaron primaria y fueron y son capaces de sacar
sus países adelante. Vicente Fox, quien era empresario, arruinó a
México. Y los gerentes de Pdvsa la estaban vendiendo, la pararon y los
obreros la salvaron. Es parte del estigma de clases”, concluyó.
- Se apuntó más al clasismo que al racismo, en vista de que no estaba Chávez, el mulato?
- Claro, por la misma pinta de europeo que tiene de Maduro.
PROGRAMA: “YO SOY VENEZOLANO”
El miedo, según González, indujo a que se perdiera la enmienda
constitucional: “Te van a quitar tus hijos, tu carro, tu casa, era el
lema”.
Como ahora no es creíble, porque el Gobierno Bolivariano está
haciendo casas, la oposición dirigió la campaña la oposición la dirigió
hacia la falta de alimentos, electricidad y que en el país estaban
mandando los cubanos.
“Toda la campaña de la izquierda en el mundo ha dicho que el Imperio
nos está dominando, y la oposición acá la invirtió al decir que Cuba nos
dirige, bajo el lema: ‘Yo soy venezolano y no me dejo controlar por
Cuba”, contrastó.
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