Aristócrata, seductora,
bisexual y doble agente del espionaje, la peruana Elvira de la Fuente evitó en
1943 que los alemanes lanzaran un ataque con armas químicas sobre Londres y
tuvo una participación crucial para favorecer el desembarco aliado en las
playas de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.
“Era una mujer muy
avanzada para su época”, afirmó a Efe el periodista e investigador peruano Hugo
Coya, autor del libro “Los secretos de Elvira”, que ha sido publicado en Perú
por el sello Aguilar, del grupo editorial Penguin Random House.
Coya desvela en su
investigación el secreto de la historia de la espía nacida en Lima e hija de un
diplomático muy adinerado, por la que se interesó cuando los archivos
británicos desclasificaron parte de su información en el 2005.
Ya en 2011 se liberaron
todos los archivos sobre la agente, quien fue reclutada por sus relaciones al
muy alto nivel, que incluían la amistad con el rey de Inglaterra, Jorge VI, así
como por poseer el pasaporte de Perú, un país neutral en esa etapa de la
guerra.
Además de la peruana,
conocida como la agente Bronx, el comité estaba formado por el catalán Joan
Puyol, el agente Garbo; el polaco Román Garby Czerniawsky, conocido como
Brutus; el yugoslavo Dusko Popov, conocido como Triciclo; y la periodista y
pintora francesa de origen ruso Lily Sergeyev.
La investigación de Coya
revela que De la Fuente fue crucial para salvar a Londres de un ataque con
armas químicas, entre ellos gas sarín, que los alemanes planeaban lanzar en
1943 para doblegar la resistencia a los bombardeos aéreos.
Tras revelar esta
información a los servicios secretos británicos, la peruana comunicó a los
alemanes que sus planes habían sido descubiertos y los ingleses iban a
contraatacar sobre Berlín “con armas químicas más poderosas todavía”.
“La verdad es que los
británicos no tenían esas armas en ese momento”, señaló Coya, quien remarcó que
la intervención de la peruana disuadió a los alemanes de concretar el ataque.
De la Fuente también
entregó información falsa a los alemanes sobre el lugar donde se iba a producir
el desembarco de las tropas aliadas en el continente europeo, que se concretó
el 6 de junio 1944 en las playas francesas de Normandía, en el famoso Día D.
Tal como había convenido
con los alemanes, envió un telegrama cifrado al Banco Espíritu Santo de Lisboa
solicitando un dinero para supuestos pagos a su dentista y su médico, en el que
el monto indicaba el supuesto lugar del desembarco.
“Ella avisa del ataque
inminente en un mensaje que al interpretarse decía que el desembarco sería en
el Golfo de Vizcaya, en una semana”, precisó el investigador, antes de añadir
que los alemanes decidieron dejar a sus tropas del lugar, lo que contribuyó al
éxito del Día D.
Elvira de la Fuente fue
hija del diplomático limeño Edmundo de la Fuente de las Casas y su bisabuelo
había sido el hombre más rico de Perú a finales de la colonia y principios de
la independencia, mientras que su familia materna era española de origen
valenciano.
La espía vivió gran parte
de su infancia y adolescencia en Francia, pero cuando estalló la Segunda Guerra
huyó a Inglaterra.
“Ella era bisexual, le
gustaba el juego, la buena vida, la bebida”, aseguró Coya, quien cuenta que
tras la guerra ella permaneció en Londres y luego se mudó a la Costa Azul
francesa, donde murió en 1996 y fue cremada.
Antes de que esto sucediera,
fue entrevistada por un periodista británico, al que reveló algunos detalles de
su intensa vida, aunque solo recibió unas líneas en un libro que se concentró
en contar la historia global del espionaje británico en la Segunda Guerra.
“Este es el primer libro
sobre esta mujer, no existían más que datos sueltos, no se conocía su real
dimensión. Lo que hace este libro es darle la real dimensión y el verdadero
papel que ella tuvo”, destacó el autor peruano.
Tomado de http://pulsoslp.com.mx
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