Soldado sirio decapitado por los «moderados» del Ejército Sirio Libre. |
Los dirigentes europeos parecen súbitamente
espantados ante el descubrimiento de la cantidad de yihadistas que han
producido sus propios países y ante los crímenes que estos están
cometiendo. Sin embargo, en el Reino Unido y en Francia se elevan las
voces de quienes tratan de entender cómo es posible que personas que
gozan de la estima de quienes les rodean puedan irse repentinamente a
Siria o Irak y convertirse allí en degolladores. Y nos hablan de «manipulación mental»
pero sin llegar hasta el final del razonamiento porque si los
yihadistas europeos de ahora han podido ser manipulados, eso significa
que es posible que otros yihadistas también hayan sido manipulados
durante los últimos 13 años y que tenemos que revisar todo lo que
creemos saber sobre hechos anteriores.
El apoyo de Francois Hollande a las decapitaciones
Resulta imposible comprender la ineficacia de los dirigentes europeos
ante el reclutamiento de terroristas entre sus propios conciudadanos
sin interrogarnos sobre la responsabilidad personal de esos mismos
dirigentes.
Las decapitaciones no son un fenómeno nuevo. Son, por el contrario,
una práctica que comenzó ocasionalmente en Irak –en 2003– bajo la
ocupación militar estadounidense y que se extendió durante las guerras
desatadas contra la Yamahiria Árabe Libia y contra la República Árabe
Siria.
La «primavera árabe» libia comenzó con una manifestación
en Bengazi, en la noche del 16 de febrero de 2011 y al mismo tiempo,
de manera coordinada, con acciones armadas contra los cuarteles Hussein
Al-Jwaifi y Shahaat y contra la base aérea Al-Abrag, atacados
por miembros del Grupo Islámico Combatiente en Libia (GICL), o sea
al-Qaeda en Libia. En la mañana del 17 de febrero, los yihadistas
atacaron cuarteles en Zawiya y Misurata y las sedes de la policía en
Zwara, Sabratha, Ajdabiya, Derna y Zentan. En varios casos
hay testimonios de que los atacantes colgaron a varios soldados y de que
otros uniformados fueron decapitados.
La «primavera árabe» siria comenzó, por su parte, en Deraa. A
la salida de la plegaria del viernes, unas 15 personas desplegaron
banderolas contra el estado de sitio y contra la República.
Inmediatamente después, yihadistas atacaron un edificio de la
inteligencia militar, situado fuera de la ciudad, que se utilizaba para
el trabajo de vigilancia del Golán ocupado por Israel [1]. Víctimas del factor sorpresa, los militares sufrieron gran número de bajas y al menos uno de ellos fue decapitado.
Sin embargo, lejos de denunciar esas decapitaciones, los países de la
OTAN aplaudieron a los yihadistas y denunciaron a los Estados atacados
por esos elementos.
Las decapitaciones se convirtieron después en una forma de sembrar el
terror. Se generalizaron primeramente en Libia y más tarde, después de
la caída de la Yamahiria y del envío de los yihadistas del GICL a Siria,
también se hicieron corrientes en este otro país.
Pero las decapitaciones no son la única manera de sembrar el pánico.
Los yihadistas también acostumbran a desmembrar los cadáveres de sus
víctimas y arrojar los pedazos en las plazas públicas.
En febrero de 2012, cuando los canales de televisión atlantistas y
los de las monarquías del Golfo afirmaban que el Ejército Árabe Sirio
estaba bombardeando el Emirato Islámico de Baba Amro y que este resistía
como un nuevo Stalingrado, esas mismas televisiones evitaban
cuidadosamente explicar en qué consistía aquel «Emirato», que nada tenía que envidiarle al actual Daesh [2].
En Baba Amro, un tribunal islámico condenaba a muerte tanto a los
sunnitas acusados de apoyar la República como a los infieles, o sea las
personas que no eran sunnitas (alauitas, chiitas, cristianos). Como pudo
comprobarlo Der Spiegel, más de 150`sirios fueron degollados en público en Baba Amro [3]. Y todo eso sucedía bajo los aplausos de Abou Saleh, periodista de France24 y de Al-Jazeera.
El 6 de julio de 2012, en ocasión de la conferencia de los «Amigos del Pueblo Sirio», el presidente francés Francois Hollande reunía en París a los representantes de 120 países y organizaciones internacionales para reiniciar la guerra contra la República Árabe Siria. En ese encuentro, el presidente francés reclamó un aplauso para Abou Saleh, a quien vemos aquí, a la extrema derecha, de frente, la única persona que permanece sentada en la tribuna. Este individuo había escenificado el degollamiento público de más de 250 sirios por el Emirato Islámico de Baba Amro, creado en una «zona liberada» por los «moderados» del Ejército Sirio Libre. |
Pero los países de la OTAN no se limitaron a abstenerse de condenar a
aquellos asesinos. El presidente francés Francois Hollande recibió con
todos los honores a Abou Saleh, e incluso reclamó para él un aplauso de
las delegaciones de 120 países y organizaciones internacionales reunidas
en París el 6 de julio de 2012.
Resulta que, para la OTAN, el Ejército Sirio Libre se componía de «moderados» [4]. Parece que existe una forma «moderada» de degollar al prójimo.
Nada, ni siquiera la escena de canibalismo protagonizada por Abu
Sakkar, ex comandante del Emirato Islámico de Baba Amro, y mundialmente
difundida a través de YouTube ha podido cambiar esa visión de las cosas. Parece que también existe una manera «moderada» de comerse el hígado y el corazón del prójimo.
En cualquier democracia del mundo, un presidente que aporte
abiertamente su respaldo a tales comportamientos criminales sería
destituido. Pero no sucede así en Francia, donde los parlamentarios
fingen considerar esos crímenes como parte de las «prerrogativas» del presidente de la República.
¿Quién recluta a los yihadistas europeos?
Dirigentes políticos europeos han llamado públicamente a asesinar al
presidente sirio Bachar al-Assad y han expresado públicamente su apoyo a
al-Qaeda. El caso más emblemático es el del ministro francés de
Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, quien declaró el 17 de agosto de
2012:
«Estoy consciente de la fuerza de lo que estoy diciendo: el señor Bachar al-Assad no merece estar sobre la tierra.» [5].
El 12 de diciembre de 2012, el mismo Laurent Fabius asumía
personalmente la defensa de al-Qaeda y protestaba contra la inclusión de
su rama siria en la lista de organizaciones terroristas declarando que
«en el terreno están haciendo un buen trabajo.» [6].
O sea que no habría que considerar a los yihadistas europeos como
simples criminales ya que no han hecho otra cosa que obedecer las
órdenes de sus dirigentes. Sin embargo, algunos de ellos han sido
inculpados mientras que los políticos que antes aplaudían sus crímenes
siguen en sus cargos.
Es importante señalar que al principio los yihadistas europeos eran
delincuentes, reclutados en la cárcel, que pensaban que podían hacer
en Siria todo lo que las leyes les prohíben hacer en sus propios países
(violar, saquear, asesinar). Pero ahora son individuos corrientes
reclutados a través de internet.
Manipular a individuos jóvenes únicamente conversando con ellos
en fórums o a través de las redes sociales, utilizando a veces su lengua
natal, su cultura e incluso su historia personal hasta convertirlos en
asesinos es algo que exige gran habilidad y capacidad de manipulación.
¿Podemos creer realmente que los mercenarios del Emirato Islámico
son capaces de lograrlo? Ese tipo de manipulación exige equipos capaces
de informarse sobre el perfil de los individuos escogidos como blanco,
capaces de identificar sus debilidades y de encontrar las palabras
adecuadas para convencerlos. Ese tipo de trabajo es para grupos de
especialistas, no para grupos de campesinos iraquíes.
Cuando esos jóvenes –muchachos o muchachas– ya están convencidos de
que pertenecen a una comunidad y de que tienen que defenderla con las
armas, se van a Turquía. Allí, quien se encarga de ellos es el Emirato
Islámico, que se mueve en toda Turquía bajo la protección del MIT
(los servicios secretos turcos). Posteriormente son enviados a Siria o
Irak, donde pasan un periodo de espera durante el cual se les somete
al consumo de drogas y reciben diversas enseñanzas y entrenamientos
hasta que llegan a estar mentalmente acondicionados para matar.
Las investigaciones de la CIA y el Mosad sobre el acondicionamiento mental
Las principales investigaciones sobre las posibilidades de convertir
personas normales en asesinos fueron realizadas por la CIA y las fuerzas
armadas de Estados Unidos bajo denominaciones codificadas como Projet Chatter (1947 a 1953), Project Bluebird (1951 a 1953), Project Artichoke (1951 a 1953) y Project MKultra (1953 a 1973) [7].
Esos programas, desarrollados bajo la dirección de científicos nazis
exfiltrados de Europa por los servicios de inteligencia de
Estados Unidos, exploraron las posibilidades que ofrecían la hipnosis,
la privación sensorial, los abusos sexuales, numerosas drogas así como
diversas formas de tortura. El objetivo era responder a la siguiente
pregunta:
«¿Podemos controlar a una persona al extremo de que haga lo que le pidamos, incluso en contra de su propia voluntad y hasta yendo en contra de las leyes fundamentales de la naturaleza, como el instinto de autopreservación?»
Los archivos sobre esas actividades fueron en su mayoría destruidos,
en 1973, por orden del director de la CIA, Richard Helms. Pero
la Comisión Investigadora senatorial presidida por el senador Frank
Church y, posteriormente, los trabajos de otro director de la CIA, el
almirante Stanfield Turner, revelaron que más de 30 universidades
participaron en esas investigaciones, que a su vez abarcaban más de
150 proyectos experimentales diferentes. Esos proyectos se desarrollaron
en Estados Unidos y en varios países miembros de la OTAN, a espaldas de
las poblaciones utilizadas como conejillos de India.
Como ejemplo, y según los archivos recientemente disponibles de la
CIA, esa agencia de inteligencia de Estados Unidos realizó en 1951 un
importante experimento de acondicionamiento masivo en un pueblecito
francés llamado Pont Saint-Esprit, sin que la población del lugar
lo supiera. El uso de la droga conocida como LSD, administrada mediante
su aspersión en forma de aerosol, desató en ese lugar una ola de locura
colectiva que provocó en pocas horas la muerte de 7 personas y dejó
además 32 casos de patologías irreversibles [8].
En 1973, Estados Unidos dejó de hacer aquellos experimentos… o más
bien los trasladó a Israel. Pero los retomó en 2001 y para ello organizó
el campo de concentración llamado X-Ray, en la base naval
estadounidense de Guantánamo, bajo la dirección del profesor Martin
Seligman [9].
El objetivo era usar la tortura, pero no para obtener confesiones sino
para inculcarle a los prisioneros toda una serie de confesiones
imaginarias de manera que las hiciesen por sí solos y estando incluso
orgullosos de hacerlas. La publicación de la investigación del Congreso
de Estados Unidos sobre esos crímenes ha sido pospuesta en múltiples
ocasiones [10].
- La serie "Crisis", recientemente transmitida por la NBC, muestra el trabajo de acondicionamiento de soldados estadounidenses realizado por químicos de la CIA.
Esos hechos han sido ampliamente documentados. Incluso se han visto
reflejados en la cultura popular y han dado lugar a numerosas obras de
ficción, hasta en la televisión y el cine de Estados Unidos.
Si se admite que todos esos experimentos han podido arrojar al menos
algunos resultados, también hay que reconocer que Estados Unidos
e Israel cuentan con posibilidades de acondicionar personas normales
para llevarlas a cometer crímenes e incluso a actuar como kamikazes en
atentados suicidas. Lo anterior modifica totalmente la percepción que se
tiene de una organización como al-Qaeda, especializada en los atentados
suicidas.
Marketing ideológico
Para justificar los recientes casos de yihadistas europeos, que
parecen sacados de los experimentos de los médicos nazis exfiltrados y
utilizados por la CIA y de las más recientes experiencias del Dr.
Seligman en Guantánamo, durante los últimos años se ha utilizado como
tapadera la ideología wahabita.
Pero es de manera totalmente falsa que ese fanatismo religioso ha sido presentado como la causa de los crímenes cometidos «en nombre del islam».
El hecho es que la mayoría de los yihadistas ignoraban en qué
consiste el wahabismo cuando entraron en contacto con al-Qaeda o con el
Emirato Islámico. Sin embargo, si desde 1979 Arabia Saudita, Qatar y el
Emirato de Sharjah han logrado implantar el wahabismo en toda Europa y
extenderlo un poco en el mundo árabe a tal punto que se le considera
como una rama integrista del islam, esa corriente se define a sí misma
como el único islam verdadero y condena como heréticas todas las demás
escuelas teológicas, tanto el chiismo como las otras 4 escuelas sunnitas
tradicionales. El lector curioso puede consultar los escritos del
fundador, Mohammed ben Abdelwahhab. En ellos descubrirá que para el
fundador del wahabismo los sunnitas no son musulmanes.
Jean-Michel Vernochet mostraba recientemente cómo los británicos
utilizaron simultáneamente el mito de la nación árabe y la secta
wahabita para combatir el califato turco y derrocar el imperio otomano [11].
Con toda lógica, si el Emirato Islámico restaura hoy el califato, no lo
hace como sucesor de los Fatimidas, de los Abasidas ni de los Omeyas, a
los que considera herejes, sino en lugar de todos ellos.
¿Qué hacer?
En primer lugar, poner fin a toda forma de respaldo a los yihadistas,
incluso cuando se trata de derrocar regímenes que resisten ante los
designios del imperialismo. Y también habría que destituir a los
políticos que apoyan públicamente los desmanes de los yihadistas.
En segundo lugar, poner fin a toda forma de apoyo a la ideología
wahabita, incluso cuando quienes la citan son el rey de Arabia Saudita o
los emires de Qatar y de Sharjah. Y reclamar de inmediato la igualdad
de derechos para las mujeres de esas monarquías y la autorización de
practicar libre y públicamente su religión. Y además poner bajo
vigilancia a los imanes wahabitas en Europa y arrestarlos cuando incitan
al crimen o elogian a quienes los cometen.
Para terminar, también habría que respaldar al presidente
estadounidense Barack Obama frente a aquellos que, como el senador John
McCain [12], e incluso dentro de su propia administración, organizan y financian la manipulación de las mentes de los yihadistas.
Esas medidas permitirían frenar en seco el reclutamiento de
yihadistas. Pero no resolverán el problema de los yihadistas que
regresan de Siria o de Irak. Es cierto que estos últimos son casos que
caen en el marco de acción de la justicia, pero deben ser reconocidos
como personas sin responsabilidad penal, como en el programa de
reconciliación nacional que está aplicando la República Árabe Siria.
Thierry Meyssan
Red Voltaire
[1] Fue sólo después de esos hechos que Al-Jazeera difundió el rumor sobre niños supuestamente torturados por la policía.
[2] Daesh es el acrónimo árabe del actual Emirato Islámico, anteriormente conocido como EIIL.
[3] “Rebellen in Syrien: Der Henker von Bab Amr”, Ulrike Putz, Der Spiegel, 26 de marzo de 2012. Versión en inglés: “The Burial Brigade of Homs: An Executioner for Syria’s Rebels Tells His Story”
[4] El Ejército Libre Sirio ya no existe en el terreno. Donde sí existe todavía es en los salones de los grandes hoteles de Estambul y París. Algunos grupos armados que operan en Siria dicen pertenecer a esa entelequia cuando esperan obtener armas de la OTAN.
[5] «"Bachar el-Assad ne mériterait pas d’être sur la terre" (Fabius)», AFP, 17 de agosto de 2012.
[6] «Pression militaire et succès diplomatique pour les rebelles syriens», por Isabelle Maudraud, Le Monde, 13 de diciembre de 2012.
[7] Los documentos oficiales disponibles han sido reunidos en 4 CDs y el lector puede bajarlos a través de este vínculo.
[8] «Cuando la CIA utilizaba ciudadanos franceses como conejillos de India», por Hank P. Albarelli Jr., Red Voltaire, 30 de marzo de 2010.
[9] «El secreto de Guantánamo», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 6 de noviembre de 2009. Ver también «Reconoce la CIA que reclutó prisioneros en Guantánamo», Red Voltaire, 26 de noviembre de 2013.
[10] «Director de la CIA confirma censura del informe senatorial sobre la tortura», Red Voltaire, 30 de enero de 2014.
[11] Les Égarés, por Jean-Michel Vernochet, Sigest ed, 2014.
[12] «John McCain, el organizador de la “primavera árabe” y el Califa», por Thierry Meyssan; «John McCain reconoce que está en contacto permanente con el Emirato Islámico», Red Voltaire, 18 de agosto y 20 de noviembre de 2014.
[2] Daesh es el acrónimo árabe del actual Emirato Islámico, anteriormente conocido como EIIL.
[3] “Rebellen in Syrien: Der Henker von Bab Amr”, Ulrike Putz, Der Spiegel, 26 de marzo de 2012. Versión en inglés: “The Burial Brigade of Homs: An Executioner for Syria’s Rebels Tells His Story”
[4] El Ejército Libre Sirio ya no existe en el terreno. Donde sí existe todavía es en los salones de los grandes hoteles de Estambul y París. Algunos grupos armados que operan en Siria dicen pertenecer a esa entelequia cuando esperan obtener armas de la OTAN.
[5] «"Bachar el-Assad ne mériterait pas d’être sur la terre" (Fabius)», AFP, 17 de agosto de 2012.
[6] «Pression militaire et succès diplomatique pour les rebelles syriens», por Isabelle Maudraud, Le Monde, 13 de diciembre de 2012.
[7] Los documentos oficiales disponibles han sido reunidos en 4 CDs y el lector puede bajarlos a través de este vínculo.
[8] «Cuando la CIA utilizaba ciudadanos franceses como conejillos de India», por Hank P. Albarelli Jr., Red Voltaire, 30 de marzo de 2010.
[9] «El secreto de Guantánamo», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 6 de noviembre de 2009. Ver también «Reconoce la CIA que reclutó prisioneros en Guantánamo», Red Voltaire, 26 de noviembre de 2013.
[10] «Director de la CIA confirma censura del informe senatorial sobre la tortura», Red Voltaire, 30 de enero de 2014.
[11] Les Égarés, por Jean-Michel Vernochet, Sigest ed, 2014.
[12] «John McCain, el organizador de la “primavera árabe” y el Califa», por Thierry Meyssan; «John McCain reconoce que está en contacto permanente con el Emirato Islámico», Red Voltaire, 18 de agosto y 20 de noviembre de 2014.
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