El papa emérito, Benedicto XVI, expulsó a unos 400 sacerdotes durante su pontificado. Francisco ya ha relevado a tres obispos y a un sacerdote.
Elaborar un mapa sobre la incidencia de los escándalos de pederastia
en el seno de la Iglesia Católica no es una tarea sencilla. En los
últimos años se han destapado muchos casos, sobre todo a partir de un
cambio de actitud por parte del Vaticano, que ha pasado de mirar para
otro lado a contribuir activamente a desenmascarar los abusos hacia
menores cometidos por el clero. Pero muchos de estos delitos siguen sin
salir a la luz, bien porque los afectados no los denuncian, o bien
porque las denuncias no pueden ser probadas.
En Estados Unidos ha habido más de mil trescientos casos verificados desde la década de 1950.
Cerca de trescientos sacerdotes se han visto implicados. Los casos más
sonados afectaron a la archidiócesis de Boston, cuyo cardenal Bernard
Law, tuvo que renunciar a su puesto por encubrir a 250 curas pederastas,
y a la de Los Angeles. También el cardenal de esta última diócesis,
Roger Mahony, dejó el cargo y se trasladó a una parroquia, de la que fue
finalmente destituido en 2013 cuando se probó que tuvo conocimiento de
abusos y los ocultó deliberadamente. Las denuncias provocaron
compensaciones millonarias y enormes pérdidas económicas. La
archidiócesis de Boston, por ejemplo, se vio obligada a cerrar decenas
de parroquias.
En Irlanda, varios informes revelaron que el abuso de menores en centros católicos eran una práctica común y constante.
El Informe Ryan, el más desgarrador, elaborado por la comisión
investigadora de abusos de los niños en ese país, denunciaba la
connivencia de la Iglesia con la policía y la fiscalía para encubrir los
casos de pederastia. Las estimaciones hablaban de miles de menores
afectados por parte de la Congregación de los Hermanos Cristianos,
encargados de gestionar las escuelas y orfanatos católicos de propiedad
estatal. En 2009, los obispos Murray, Moriarty, Field y Walsh
presentaron su dimisión, y meses después, el papa Benedicto XVI asumió
las riendas de la investigación y publicó una extensa carta pastoral en
la que expresaba su vergüenza por lo ocurrido en Irlanda.
Australia ha podido comprobar unos 620 casos de abusos sexuales a menores desde la década de 1930 hasta la actualidad, mientras que en Alemania se recibieron casi tres mil denuncias.
Sólo doscientas de ellas se pudieron constatar en colegios de jesuítas
donde 14 personas fueron acusadas, no sólo religiosos sino también
profesores laicos. En el Reino Unido, el obispo de
Aberdeen, en Escocia, Hugh Gilbert, llegó a pedir disculpas por los
abusos sexuales que se cometieron en escuelas católicas escocesas. El
mismo cardenal Keith O'Brien, un ferviente activista contra el
matrimonio homosexual en su país, renunció a su puesto después de
hacerse públicas sus relaciones con seminaristas británicos en la década
de 1980. O'Brien dimitió poco antes del cónclave en el que salió
elegido el papa Francisco, por lo que el Reino Unido no tuvo ningún
representante en la elección.
España tiene a una decena de sacerdotes condenados por abusos sexuales a menores.
En la actualidad se están investigando 5 denuncias en la archidiócesis
de Granada, supuestamente cometidos por religiosos que, según la
investigación, habrían actuado como una auténtica red. El papa Francisco
ha intervenido directamente en el asunto y ha lamentado la poca
contundencia del arzobispado en relación con los delitos denunciados.
Otro caso destacado afectó al sacerdote José Ángel Arregui, detenido en
Chile en 2009 por una quincena de abusos sexuales contra menores
españoles entre 1992 y 2005. En el momento del arresto, la policía
encontró en su casa un ordenador con decenas de horas de pornografía
infantil y vídeos en los que él mismo aparecía como protagonista de los
abusos.
En México no hay una investigación general, pero su caso más
conocido fue, sin duda, el que afectó al fundador de los Legionarios de
Cristo, Marcial Maciel. Varias denuncias le implicaron en
supuestos casos de abusos contra menores y contra seminaristas, pero
Maciel falleció antes de que se pudiera tomar alguna medida legal contra
él. No sólo la Iglesia, en aquel momento encabezada por Juan Pablo II,
sino los propios Legionarios de Cristo, negaron sistemáticamente la
culpabilidad de Marcial Maciel. Fue Benedicto XVI quien, después de un
proceso canónico interrumpido, ordenó el retiro de Maciel en el año
2006, apartándolo del sacerdocio. Cuatro años después, la Legión de
Cristo admitió los casos de abusos sexuales de su fundador y reconoció
la existencia de varios hijos nacidos de relaciones secretas de Marcial
Maciel en el pasado.
Pancartas usadas por miembros de la Agrupación de niños abusados manifestándose, el pasado 11 de noviembre en Santiago de Chile, contra el sacerdote de los Legionarios de Cristo John O'Reilly, que fue declarado culpable del delito de abuso sexual reiterado en contra de una menor. / ELVIS GONZALEZ (EFE) |
La decisión de denunciar de muchas víctimas anima a otras a seguir su
ejemplo. Por eso, se cree que puede haber muchas denuncias más que
estén por salir a la luz. Hay países donde no ha trascendido un número
muy elevado de personas afectadas, pero que sí se han llevado por
delante a personas muy relevantes de la jerarquía eclesiástica de sus
diócesis. El ex nuncio del papa en República Dominicana, el polaco Josef Wesolowski, fue detenido en septiembre de 2014 acusado de abusar de, al menos, 7 menores. El arzobispo de Santa Fe, en Argentina, Edgardo Storni, fue condenado en 2009 por abusos sexuales, lo que provocó su renuncia. El arzobispo de Viena Hans Hermann Groër
optó por el retiro, después de recibir varias denuncias de abusos
sexuales por parte de antiguos alumnos suyos en el seminario y también
de monjes de una abadía de Goettweig. El obispo de Brujas, en Bélgica, Roger Vangheluwe, dejó el puesto tras reconocer que había cometido abusos hacia dos de sus sobrinos de manera habitual.
Junto a estos casos, también se han denunciado abusos en muchos otros países, aunque no en todos han podido ser probados. En Polonia, un capellán militar fue acusado de 17 casos. En Brasil, varios sacerdotes fueron apartados mientras se les investigaba por pederastia. En Francia se constataron 11 casos entre 1985 y 1996. En Malta se presentaron pruebas de una decena de víctimas implicando a medio centenar de religiosos, mientras que en Suiza, se abrió un canal para la recepción de denuncias y llegaron aproximadamente unas sesenta.
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