Hipocresía y olvido
rodearán el homenaje de EE UU a sus veteranos este día 11 de noviembre, cuando
se celebre en todo el país el Día del Veterano.
Solo discursos y actos
cargados de falso simbolismo servirán para esconder la penosa suerte de
aquellos enviados por las administraciones para cumplir dudosas misiones fuera
de su país, muchas de ellas condenadas por sus motivaciones y encaminadas a
mantener el hegemonismo USA en el mundo.
En un comunicado de la
Casa Blanca leído por el teniente coronel Francisco Leija se honró a todos
aquellos que han servido como carne de cañón en cuestionables conflictos
bélicos como Vietnam, Afganistán e Irak. Parte del mensaje dice: “Mientras damos
la bienvenida a nuestros nuevos veteranos, honrémoslos dándoles las gracias y
mostrándoles el respeto que se merecen. Y asegurémonos de apoyar asimismo a sus
familias e hijos, porque ellos también han hecho grandes sacrificios por los
Estados Unidos”.
Palabras manidas, frases
encomiables de un discurso hipócrita, son parte del forzado ceremonial que se
realiza por estos días. Sin embargo, la respuesta del gobierno norteamericano a
las necesidades de los veteranos, las fallas en la seguridad médica, el atraso
en las solicitudes por discapacidad, las fallas en el programa de inserción en
la sociedad, así como otros males, han afectado la vida a muchos ex
combatientes.
La ayuda gubernamental a
través de la Agencia de Veteranos (VA) se ha visto puesta en tela de juicio en
más de una ocasión. Un ejemplo de ellos es la muerte de 35 de ellos en espera
de ayuda médica solicitada, mientras que cerca de 120 000 aún esperan por sus
reclamos. Muchos padecen secuelas físicas y se ven afectados por depresiones y
otros síndromes psíquicos, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Otros padecen secuelas
provocadas por su propio país. El Pentágono reconoció que más de 600 militares
estadounidenses estuvieron expuestos a agentes químicos en Irak desde 2003,
según informó el diario estadounidense 'The New York Times'.
No bastó entonces que
Obama sustituyera a su director y colocara en el cargo a Robert McDonald. Las
cosas siguen igual.
Lo cierto es que una
enorme cantidad de veteranos enfrentan aún situaciones críticas de desempleo,
falta de viviendas y cuidados de salud, integrando una parte considerable de
aquellos homeless que deambulan sin techo en las principales ciudades del país.
Solo en 2010, 75 mil soldados
involucrados en las guerras de Irak y Afganistán vivían en las calles, mientras
cerca de un millón estaban sin empleo.
La tragedia ha crecido.
Cada día 22 veteranos de guerra estadounidenses se quitan la vida, es decir uno
cada 80 minutos comete suicidio.
El Departamento de Asuntos
de los Veteranos de Estados Unidos (VA) se ha visto presionado por el
incremento de la narco dependencia de muchos veteranos, según un informe de Human
Rights Watch, titulado “No Time to Waste:
Evidence-Based Treatment for Drug Dependence at the United States Department
of Veterans Affairs”. Son miles de veteranos los que abogan a las drogas y al
alcohol para evadirse de sus tragedias y del abandono social.
Hoy por hoy, 60.000
veteranos carecen de hogar en una noche dada y nada menos que 400.000 veteranos
pueden encontrarse en la indigencia o sufrir problemas de inestabilidad de
vivienda en algún momento cada año.
Obama enfrenta esta dura
brecha en su administración. Los discursos sirven para hacer poco y, a pesar de
que se ha planteado solucionar este problema social antes de finalizar su
mandato, se sabe que aquellos que marcharon a realizar guerras genocidas en
otros lugares del mundo, hoy son víctimas del lamentable genocidio de la
pobreza, el hambre, el abandono y la hipocresía de un sistema que los usa y
luego los olvida.
Percy
Francisco Alvarado Godoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario