Un tribunal estadounidense
juzga por primera vez a un combatiente extranjero detenido en Afganistán,
acusado de participar en el ataque a las tropas norteamericanas y a la policía
fronteriza afgana en la provincia de Khost, este de Afganistán, en noviembre de
2009.
Después de permanecer
durante años detenido en Afganistán como sospechoso de actividades terroristas,
Irek Ilgiz Hamidullin, de nacionalidad rusa, fue trasladado el lunes desde
Afganistán a Estados Unidos para ser juzgado: del caso se ocupa un tribunal
estadounidense en el estado oriental de Virginia.
Hamidullin ha sido acusado
de doce cargos, entre ellos, conspiración para proporcionar y proveer apoyo
material a los terroristas, conspirar e intentar destruir un avión de las
fuerzas armadas de EE.UU., tentativa de asesinato de un ciudadano
norteamericano, etc.
Según fuentes legislativas
del país norteamericano, Hamidullin, que es uno de los 13 extranjeros detenidos
por las autoridades estadounidenses en Afganistán, podría ser condenado a
cadena perpetua si es hallado culpable.
Ya han transcurrido más de
doce años desde que las fuerzas extranjeras, encabezadas por Estados Unidos,
invadieron Afganistán en el marco de la llamada guerra contra el terrorismo: la
ofensiva apartó a los talibanes del poder, pero la inseguridad y la violencia
siguen siendo la tónica en territorio afgano, al extremo de que muchos expertos
se plantean que el cancerbero norteamericano fomenta la inestabilidad para
justificar su presencia.
De hecho, parece haber
logrado su objetivo, puesto el nuevo Gobierno de Afganistán el pasado mes
septiembre suscribió con Estados Unidos el llamado Acuerdo de Seguridad
Bilateral (BSA, por sus siglas en inglés), que permite la permanencia de las
tropas estadounidenses en el país centroasiático después de 2014, fecha límite para
la retirada de todas las fuerzas extranjeras del territorio afgano.
El exmandatario afgano
Hamid Karzai se negó, en su momento, a firmar el acuerdo, exigiendo a
Washington que, como paso previo a la firma, se comprometiera a detener
cualquier operación militar en viviendas de civiles y a impulsar de forma
honesta el proceso de paz con los talibanes.
Por su parte, Mohamad
Yusef Vaezi Shahrestani, uno de los asesores de Karzai, advirtió de que el
dicho acuerdo allanará el camino para que los grupos terroristas en este país
centroasiático continúen la guerra bajo el pretexto de combatir a las fuerzas
extranjeras. HispanTV
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