En mi país NO se tolera el periodismo intrascendente y plano, nací en
1959 y durante más de treinta años trabajé en los Medios. En Miami es
difícil que sepan estas cosas, pero en la Cuba que viví y en los lugares
que laboré siempre se estimuló la polémica y el debate. Claro que a
muchos no les gustaba y no les gusta que se critique por radio o por los
periódicos, las cosas que andan mal como consecuencia de
insuficiencias, incapacidades, burocracia o corrupción administrativa.
Pero desde que tengo uso y razón le puedo asegurar que durante décadas
ha existido en Cuba más autocensura que censuras. Hay periodistas que no
quieren buscarse problemas.
Esto que les cuento no se sabe en Miami y tal vez ni en la Habana.
Por ejemplo: el periódico Escambray de Sancti Spíritus, un semanario de
esa central provincia de Cuba realizó en el 2011 más de cien trabajos de
enfoques crítico, la radio de ese propio territorio superó los 500
materiales de críticas a diferentes sectores de la sociedad mientras la
televisión local trasmitía decenas de horas dedicadas a diferentes
puntos de vistas bien calientes. Como estas muestras, así, funcionan los
medios en los demás territorios de la Isla. Hacer crítica en Cuba es
como el pan de cada día.
Le aseguro a los lectores del mundo y a los oyentes de Radio Miami
que en Cuba hay trabajadores de la prensa con valentía que asumen la
labor de moldear una sociedad que si no es perfecta, es superior a otras
en la atención a los seres humanos: la crítica ha sido y es una máxima
en Cuba.
“La radio de la comunidad en Cuba es una muestra irrefutable de la
democracia participativa, para ella no hay temas prohibidos, se habla de
todo con el lenguaje de todos, muestra de como los medios se ponen en
manos del pueblo para el beneficio común. Todos los que laboran en este
tipo de emisora se convierten sin percatarse en voceros de la comunidad,
diariamente llegan anécdotas, relatos y noticias de diferente
intensidad.
El movimiento de corresponsales que se crea alrededor de la emisora
de la comunidad, completa un verdadero sistema de información, que al
organizarse bien se convierte en la vida para los contenidos siempre
diversos y constantes que necesita una emisora de radio. La noticia nace
en voz de sus protagonistas, con la gente de barrio, la fábrica, la
escuela, al ser portadores de historias fabulosas del que hacer
cotidiano.
En las emisoras municipales de mi país existen espacios de debate, de
tipo mesa redonda, y comparecencias donde se habla lo mismo con un
delegado del Gobierno de base, con un Presidente de la Asamblea
Municipal (alcalde) o cuanto funcionario implicado con el tema se
discuta.
Le cuento todo esto porque en este mundo tan dominado por la
información de las grandes cadenas de prensa, la imagen que existe de
los medios cubanos es que son oficialistas, y tan estatales que no hacen
otra cosa que propaganda política y que somos incapaces de disentir.
Muy alejada de esa mentira, la verdad es que los medios en Cuba están en
manos de la gente, y se usan sobre todo para educar y preservar la
salud de la comunidad. Por esos nuestra radio es comunitaria,
participativa y Ciudadana.
En nuestro último libro publicado aquí en Estados Unidos bajo el
titulo: La Radio, luz en le tierra decimos unas cuantas cosas que pueden
ser polémicas, pero las viví y debo contarlas: Por ejemplo en Cuba: Los
Ministerios de Salud Pública, Cultura, Educación y Medio Ambiente,
utilizan mucho las radioemisoras para orientar estrategias y señalar
críticamente lo que no marcha bien en la sociedad, en cuanto a hábitos y
normas de salubridad. Son habituales las charlas médicas o programas
sobre la higiene, espacios educativos y de orientación en los medios
cubanos y en espacial los ubicados en municipios.
Las emisoras municipales siempre están asistidas por colaboradores de
distintos sectores: Médicos, maestros, científicos, artistas,
ingenieros, técnicos, obreros y gente común del barrio asumen
diariamente los micrófonos como medio de exponer sus inquietudes,
enseñanzas y criterios que posibilitan junto a otros esfuerzos moldear
la sociedad.
La radio comunitaria en Cuba es la más numerosa, más de 70 pequeñas
emisoras envían sus señales desde lugares bien recónditos como La voz
del Toa en Baracoa, en la oriental Provincia de Guantánamo; ésta realiza
una labor insustituible de facilitación social al avisar a los
montañeses de los productos que se reparten en las bodegas, de los
partos de mujeres y sus nuevos hijos, felicitaciones de cumpleaños,
extravíos y disímiles servicios.
No se concibe una emisora comunitaria en Cuba sin servicios de
facilitación social y de propaganda de bien público. Tuve la suerte de
trabajar casi 20 años en una emisora comunitaria: en la Voz del Níquel,
municipio de Moa, ubicado al nordeste de la Provincia de Holguín a casi
200 Km. de la capital de ese territorio. Moa es un emporio minero con
más de 200 años de reserva de metales, solo comparable con las islas de
“Nueva Caledonia” en el Océano Pacifico.
En Moa conocí a Pablo Velasco Mir, ya desaparecido, el “decano de los
periodistas” de la zona que por esos días llegó hasta crear un
periódico en la fábrica de níquel comandante Pedro Soto Alba (Semanario
El Níquel) profesional de la prensa acostumbrado a criticar como se dice
en Cuba a “malanga y al puesto de vianda”, Velasco, fue de los más
fervientes fundadores de la Emisora; ideó a finales de 1979 una sección
bajo el nombre de: “El Peatón Mirón”. Impactó este personaje incógnito,
transitaba por un lugar, describía los problemas a su paso, si había un
hueco o baches en la calle, si maltratos en los servicios, si no pasaba
la guagua en hora, si escuchó tal o más cual comentario en una parada,
si llegaba a tiempo o no la merienda a las escuelas o si se le daba el
servicio adecuado al personal de los Hospitales.
Siempre desde el anonimato. Las historias se contaban desde el punto
de vista de un común hombre de pueblo. La crítica que hacíamos en esos
años era muy fuerte y estaba dirigida a los aparatos administrativos y
las indisciplinas sociales, tal como hoy se realiza en los periódicos,
en la televisión a todos los niveles.
“El Peatón Mirón” se convirtió en un Quijote: arremetía contra todo lo malo y enfrentaba a los molinos que no funcionaban.
Desde su andar cotidiano desnudaba las deficiencias sociales, y
creaba muy buenas polémicas entre funcionarios y usuarios donde a la
postre surgía la solución a los problemas de la comunidad gracias al
adecuado uso de la palabra en la radio. El socialismo NO se concibe sin
crítica y autocrítica. Nadie nos prohibió hacer crítica, ni antes ni
ahora. Me consta que siempre se nos pidió que fuéramos profundos en la
investigación y que existieran argumentos.
Mas adelante en el propio 1980 recuerdo que en Moa se crea un
programa para la opinión, de crítica, que denominamos, “Micrófono
Abierto”, muy buen espacio que logró hasta premios nacionales en los
festivales de la radio en Cuba.
Desde “Antena Matinal” en Moa con el uso de la palabra se puso
nombres a las calles, se le cambio el nombre a varios repartos, se
recaudó material escolar y materias primas. Desde este programa y otros
se enfrentaban las inundaciones del caudaloso río Sagua de Tánamo con
orientaciones de la Defensa Civil a la población”. Queda muy claro y se
demuestra cada día, que una emisora de la comunidad es mucho más que una
señal en el aire. Su labor social es incuestionable. Cuba ha
aprovechado bien este medio en función de educar y orientar la sociedad.
El producto de la radio es inmediato, raudo, anticipa provoca. Las
trasmisiones de una emisora ilustran el modo de vida de una comunidad,
lo estimula oportunamente o lo cuestiona. Todos los que laboramos en el
medio sabemos que la radio es también imagen e imaginación.
La visión social de la radio es establecer puntos de contacto entre
sus oyentes a través de un dialogo veraz, diáfano, que permita
establecer un código mediador entre los segmentos de la población. Somos
los cubanos los que tenemos que resolver nuestros problemas.
Cumpliéndose lo anterior la radio es capaz de interactuar en la
sociedad y convertirse en un elemento que combine ejemplarmente la
misión de informar con la de transformar y de crear valores
espirituales.
Si en Cuba no hubiera crítica ¿Por qué dirigentes administrativos de
diferentes niveles se enojan con la prensa, con Haciendo Radio y
Hablando claro de Radio Rebelde, o con Talía de la TV y tratan de
justificar las insuficiencias? Entonces que nadie diga que en Cuba no se
hacen trabajo críticos a través de los Medios. Pienso que todavía se
leen periódicos viejos en Miami. Bastaría con oír los Medios
provinciales de Villaclara, de Manzanillo o el noticiero de Primera mano
de Radio Angulo en Holguín.
Los periodistas cubanos de la isla y aquellos que no vivimos allá
tenemos el deber de seguir siendo objetivos, oportunos en la crítica
para construir y mejorar aquel proyecto social que es y debe ser de
todos los cubanos. En los Medios de la Cuba de hoy aprendimos sin
sensacionalismo ni los alardes tradicionales que pululan a la moda de
“la libertad de prensa” por estos lares, una prensa muy cacareada de los
que se creen “muy democráticos” y dueños del mundo. Como Radio Miami
trasmite desde el corazón de la Alianza Martiana debo terminar diciendo:
Nos inspira el periodista cubano de todos los tiempos José Martí, de
raíz canaria y buen español cuando escribió: “Tiene la prensa
periódica altísimas misiones, es, una explicar en la paz, y en la lucha
fortalecer y aconsejar... La prensa no es aprobación bondadosa o ira
insultante, es proposición, estudio, examen y consejo”.
*Carlos Rafael Diéguez, periodista cubano residente en EE.UU.
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