Una nueva investigación
del gobierno cuestionó una extraña misión del Servicio Secreto, que retiró
agentes de sus puestos cerca de la Casa Blanca y los envió a una zona rural
Maryland donde vivía una empleada del cuartel general del cuerpo, inmersa en
una disputa personal con un vecino.
El informe del inspector
general del Departamento de Seguridad Nacional describió esa conducta como
"problemática", y señaló que la amistad de la empleada con altos
cargos del Servicio Secreto da la impresión de que tras la misión había motivos
personales.
Aunque los miembros de la
agencia insistieron en que la seguridad del presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, no se vio comprometida, el informe señala que Obama estuvo en la
Casa Blanca al menos dos de los días en que los agentes estuvieron "a 50
minutos en coche (sin tráfico) de la Casa Blanca" en la casa de la
empleada. Los agentes asignados a la tarea pertenecían a la unidad conocida
como "Merodeador", un equipo que rota formado por dos agentes especiales
que se supone deben responder a personas sospechosas dentro y alrededor de la
Casa Blanca y la zona de la capital nacional.
El inspector general, John
Roth, dijo que su oficina no había podido encontrar una autorización legal para
emplear agentes del Servicio Secreto "para proteger a una empleada
implicada en una disputa privada no relacionada".
La Associates Press tuvo
acceso al informe antes de su divulgación pública el miércoles. El caso se
conoce mientras el Congreso investiga al Servicio Secreto debido a una serie de
escándalos y brechas de seguridad, incluyendo un incidente reciente en el que
un hombre con una navaja trepó la cerca de la Casa Blanca y llegó corriendo
hasta la Sala Este.
En comparación con ese
desliz y otros incidentes, incluyendo un escándalo de prostitución en Colombia,
la "Operación Moonlight" se queda como un caso extraño. La operación
tuvo lugar hace tres años, pero se hizo pública el pasado mayo en un artículo
del Washington Post.
Una empleada del Servicio
Secreto que trabajaba como asistente del entonces director, Mark Sullivan,
estaba inmersa en una disputa con un vecino, que la acosaba y agredió a su
padre, haciendo que perdiera varios dientes, indicó el informe.
La policía local arrestó
al vecino, y la empleada, identificada por el Post como Lisa Chopey, pidió una
orden judicial. Pero los problemas no terminaron allí. La empleada dijo a los
investigadores que Keith Prewitt, entonces subdirector del Servicio Secreto,
era amigo de la familia. Y al conocer la historia, Prewitt dijo a A.T. Smith,
entonces director asistente de investigaciones, que el Servicio Secreto debería
hacer algo para ayudarla.
Smith pidió que se
enviaran agentes a la casa de Chopey en La Plata, Maryland, para ver cómo
estaba. El informe señaló que Sullivan, director de la agencia y que ya está
retirado, fue informado de esa decisión.
El congresista republicano
Jason Chaffetz, de Utah, que lidera las investigaciones como presidente de un
subcomité de supervisión, dijo que Smith debería ser despedido y puso en duda
que la seguridad del presidente no se viera afectada.
Tomado de http://www.washingtonhispanic.com
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