Al aproximarnos a los 40 años del golpe que
derribara al gobierno popular de Salvador Allende acecha el fascismo
contra la Revolución Bolivariana gesta emancipadora de inmensa
gravitación para América y el mundo, sirviéndose con maquiavélico
oportunismo de la desaparición del Comandante Chávez y tras una nueva
derrota electoral en un prístino proceso validado transversalmente por
la comunidad internacional, con desparpajo invocando un supuesto fraude,
la derecha fascista levanta una ola de provocaciones, estimulan el
caos, la violencia y el desconcierto tras el perverso objetivo de
dividir al país y llevarlo a una confrontación fratricida que cree las
condiciones para que luego “en aras de la paz y la restauración
democrática” legitime una intervención externa similar a las que ahogan
en sangre a los pueblos árabes y tras el mismo objetivo, los recursos
energéticos y de paso abortar el proceso integrador del cual ha sido un
eje vital la Revolución Bolivariana.
La situación que vive Venezuela y el sibilino relato empleado para
deslegitimar al gobierno de Nicolás Maduro, nos hacen revivir el clima
previo al golpe fascista que derribo al gobierno del Presidente Allende
con su secuela de muerte, desapariciones, dolor e inmenso retroceso de
los avances impulsados por el gobierno popular en favor del pueblo de
Chile y que instalo a sangre y fuego el laboratorio neoliberal
expandiéndose como una mancha negra en todas direcciones imponiendo las
leyes del mercado como panacea maravillosa para la oligarquía,
jibarizando el rol del Estado a un papel subsidiario, apropiándose
desvergonzadamente de las empresas vitales creadas en decenios por todos
los chilenos, retornando a manos transnacionales nuestra riqueza
fundamental, el cobre, aplicando políticas que sólo trajeron miseria y
hambre y que es la perspectiva que se impondría si el fascismo se
abriera camino en la tierra de Bolívar.
Los fenómenos políticos y sociales en nuestro continente tienen
puntos de encuentro y similitudes, han transcurrido 40 años y los
cambios en todos los planos son inmensos aún así es aconsejable invocar e
intercambiar acontecimientos que guardan similitudes cuando en América
se libran proyectos emancipadores y cursan procesos de integración y
unidad entre pueblos hermanos más aún cuando emerge el fascismo y la
agresividad intrínseca del imperialismo y las oligarquías como se han
verificado contra Bolivia, Ecuador, Honduras, Paraguay y hoy contra el
pueblo hermano de Venezuela.
Ambos procesos, el de la Unidad Popular liderado por Allende y la
Revolución Bolivariana del Comandante Chávez surgieron de claros
procesos electorales cabalgando en la movilización popular, las gestión
de ambos gobiernos recuperaron para sus pueblo la dignidad de los seres
humanos y en lo económico retorno a sus dueños legítimos las riquezas
estratégicas en manos del imperialismo norteamericano y las
transnacionales, Allende el cobre que bautizó como “la viga maestra de
la economía” y Chávez la riqueza petrolera y el gas natural.
De estas medidas vitales surge el enemigo más encarnizado y
permanente conspirador contra ambos procesos, el gobierno de Estados
Unidos. Asumido el gobierno de Allende Nixon espetó, “hay que hacer
aullar la economía chilena”, Bush calificó a Venezuela en el eje del mal
y hoy Obama desconoce el resultado electoral estimulando la sedición y
la intervención.
Contra ambos procesos se emplearon y aplican los procedimientos
diseñados por expertos de la comunicación y la manipulación de la
conciencia colectiva, la guerra psicológica que conduzca a la
alienación, la máxima del ministro de propaganda de Hitler, Joseph
Goebbels, “mentir, mentir, que algo siempre queda”, se aplicó en Chile
desde antes que triunfara Allende y durante los mil días de su Gobierno.
En Venezuela se demonizó la figura y gestión del presidente Chávez con
métodos más modernos y sofisticados y hoy los embates mediáticos en
contra del presidente Maduro van en la línea de deslegitimarlo, fue y es
la misma matriz, crear la sensación de desgobierno, desacreditar a sus
personeros, instalar la idea de que el país sufre una dictadura y los
poderes del estado están siendo avasallados e inescrupulosamente, bajo
el amparo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), chillaban en
Chile y hoy en Venezuela de falta de libertad de prensa (sic), siendo
precisamente El Mercurio, El Universal, El Nacional, respectivamente,
los poderosos centros de emisión permanente de injurias en la estrategia
del terrorismo mediático fascistizante.
Sobre nuestro país el informe “Covert Action in Chile”, redactado por
la Comisión presidida por el legislador Frank Church del senado de
Estados Unidos, develó el financiamiento e intervención de la CIA para
llevar adelante el golpe fascista que derribó al gobierno de Allende,
denunció el soborno a ejecutivos y periodistas de El Mercurio, la
fundación de diarios sediciosos como Tribuna y Sepa, la infiltración al
medio periodístico, la edición de informativos radiales tendenciosos,
etc..., la línea editorial de esta maquinaria propagandística predecía
el colapso económico, el temor a lo que viene, magnificando el
desabastecimiento, especulando sobre la intromisión cubana etc., y el
mismo informe del senado norteamericano señala las cuantiosas cifras en
dólares que recibían los yanaconas.
En Venezuela se opta por el financiamiento de las ONG conspirativas y
la remesa desde 2002 al 2012 de más de 200 millones de dólares para el
financiamiento de campañas desinformativas incrementadas en torno a 40
millones de dólares en cada proceso electoral, así la línea editorial de
los medios oligárquicos no da tregua con sus ataques que rayan en la
procacidad incitando impúdicamente a la sedición, invitando a
“pronunciamientos militares”,- como recientemente reseña El Nacional en
su artículo “Se anuncia tempestad”-, que de inmediato repican CNN, ABC,
El País y demás componentes del arsenal mediático internacional
controlada por los empresarios de la SIP y que integran en Chile, El
Mercurio, La Tercera, los canales de TV. La historia se repite.
En la actual coyuntura venezolana un elemento profusamente explotado
por los medios del imperio ha sido el desabastecimiento. Cuando se
imponen políticas neoliberales y la economía de los gobiernos de turno
aplican sin contrapeso los lineamientos del FMI y del Banco Mundial la
mayoría de la población de esos países está desabastecida, segmentos de
ella sufren el hambre, no tienen acceso al estudio ni a derechos
sociales, en estos días de lluvia en Chile hemos vistos las dramáticas y
conmovedoras escenas en las poblaciones con casas anegadas, sin techo,
sufriendo las inclemencias del frío, y madres que lastimosamente
demandaban leche o pan para sus hijos, esto a pocos días de que Piñera
nos mostrara profusamente en las cadenas televisivas en su mensaje anual
y… último, un Chile paradisiaco, de otra galaxia. En Europa, bajo la
crisis galopante del sistema, se llega al suicidio porque te arrebatan
la vivienda o nos conmueven las imágenes de seres humanos hurgando en
los tachos de la basura, bajo el neoliberalismo para un porcentaje
mayoritario del pueblo, el desabastecimiento es perenne y sufre como
señalaba Fidel, “ la tortura de las vitrinas” abarrotadas como parte de
un sistema que estimula el consumo irracional y sin medida, para esa
mujer chilena que reclamaba leche, bajo la lluvia o esos seres que en
Europa hurgan comida, las mercancías sí están disponible, el terrible
drama es el desabastecimiento o carencia de dinero con que adquirirlas.
La oligarquía, la derecha saben cómo llevar adelante la guerra
política, psicológica, en 1970 al conocerse el triunfo de Allende se
gatilló una “corrida bancaria”, se difundieron rumores sobre
expropiaciones de viviendas acomodadas, se inicia el sabotaje económico,
los ganaderos trasladan a Argentina 200 mil cabezas de ganado,
estimulan el acaparamiento, la especulación, el mercado negro, El
Mercurio profetiza en 1972 que no habría carne ni para comerse nuestra
tradicional empanada, se instaló la psicosis por la adquisición de
cualquier producto bajo la presión de la alarma del desabastecimiento.
Las políticas implementadas por el gobierno popular estaban destinadas
fundamentalmente a cubrir las necesidades de la población entregando por
ejemplo gratuitamente medio litro de leche a cada niño alcanzando a
repartir en 1973, - aún bajo las drásticas dificultades que se
enfrentaban -, 49 millones de litros a 3 millones 600 mil niños,
impulsando la redistribución del ingreso con marcados mejoramientos
salariales que aumentaron drásticamente el poder de consumo de la
población frente a una estructura de oferta que aún no se hacía
equivalente a este crecimiento.
Los enemigos de clase desataron el boicot empresarial, el paro de los
empresarios de camiones, el abarrotamiento de las mercancías en los
almacenes portuarios ocasionado por los importadores que no las
retiraban, el sabotaje contra tendido eléctrico y puentes, los paros de
gremios profesionales de clase media y toda una batería científicamente
diseñada para transitar hacia el golpe fascista. Todo esto en medio de
la práctica de una experiencia inédita, manejar por el pueblo las
empresas que ancestralmente habían estado en manos de la oligarquía y
pasaban al Estado en la perspectiva de la construcción socialista.
Como parte de la campaña del terror sobre el consumo, a la ayuda de
barcos soviéticos y cubanos que incrementaban la pesca para paliar las
necesidades alimentarias, difundían la patraña que estos pescados se
vendían congelados porque estaba descompuestos y los rusos le inyectaban
penicilina solidificando a bajas temperaturas para evitar el
envenenamiento o que las conservas provenientes de China estaban
contaminadas con peste porcina africana. (Sic).
Una de las formas de enfrentar el desabastecimiento por parte del
gobierno fue mediante la creación de las Juntas de Abastecimientos y
Precios (JAP), constituidas por los pobladores en cada unidad vecinal y
que tenían como misión ayudar al aprovisionamiento del comerciante
logrando regularizar la distribución y precio de los productos,
denunciar el acaparamiento y especulación constituyéndose además en una
forma de participación popular en la gestión de gobierno.
Encontramos elementos análogos en Venezuela cuando por primera vez el
pueblo tiene acceso por diversas vías a la renta petrolera que por
decenas de años absorbieron las transnacionales y la burguesía local
bajo una estructura económica mono productora y rentista, el impulso de
programas sociales mediante las Misiones para lograr plena y gratuita
educación logrando que uno de cada tres venezolanos este integrado a
programas de educación pública; llevar la salud a las poblaciones; fijar
regulaciones de precio para poner los alimentos al alcance de la gente,
montar circuitos como Mercal para lograr la Soberanía y Seguridad
Alimentaria que permite que el 94% de todos los estratos de la población
coman 3 a 4 veces al día y que 4.150.000 estudiantes reciban 2 comidas y
una merienda en sus centros de estudio o que se provean vía MERCAL
alimentos hasta con un 80% de descuento, se sustenta en el incremento de
la inversión social a un 62,65% del total de los ingresos del país
desde 1998 al 2012 . Junto a esto se determina la regulación de
alquileres, medicinas, la construcción y entrega de 385 mil viviendas
como parte de un plan de más de dos millones de viviendas dignas, se
alcanza a dos millones cien mil pensiones de vejez; etc. Estas medidas
revolucionarias que permiten recuperar la dignidad humana ha permitido
que se hayan cumplido la Metas del Milenio antes del 2015 y mostrar el
índice más bajo de desigualdad social, 0.039 puntos, en América.
Este ha sido un esfuerzo titánico y por cierto prevalecen problemas e
insuficiencias y se han cometido errores planteándose correcciones y
cambios desde el gobierno recién iniciado con un sentido autocrítico que
es esencial en todo proceso revolucionario, los procesos de cambios
como el intentado por Allende o Chávez se emprenden con una carga
milenaria de concepciones, limitaciones, falencias propias de la
ideología imperante y además con la estructura económica del sistema
capitalista rodeado de un poderoso entorno hostil y agresivo.
En el caso de Revolución Bolivariana ha heredado un andamiaje
económico, industrial y agrario construido durante todo el siglo pasado,
las condiciones actuales devienen de la llamada “Venezuela Agraria” en
que predominaba un sistema de producción agropecuario artesanal en que
campeaba el “conuco” y que al pasar a la “Venezuela petrolera” generó la
economía de puertos abriéndose a la importación de todo tipo de bienes
condenando a la agricultura a la improductividad.
Este lastre económico gestado desde los años 20 del siglo pasado y
mantenido incólume por los gobiernos “puntofijistas” se empieza recién a
enfrentar con la emergencia de la Revolución Bolivariana que junto con
adoptar medidas drásticas para redistribuir el ingreso inicia la
titánica tarea de cambiar el sistema económico y productivo en que las
plantas de la industria privada operan al 30% de su capacidad, con
instalaciones obsoletas y agotadas y cuyos propietarios no tienen el
menos interés en renovar por cuanto dirigen sus inversiones al lucro del
mercado financiero apoyándose en el sistema cambiario, se importa a
dólar controlado a Bs 6,30 y se vende a dólar paralelo a Bs 18,00, así
la banca privada crece un 33% anual y sus utilidades se elevan sobre el
50 % en la intermediación financiera. A esto se agrega que la cadena de
distribución de productos alimenticios está mayoritariamente en manos
privadas.
El gobierno de Nicolás Maduro con profundo sentido social y de clase
en favor del pueblo venezolano, ataca las formas en que se manifiesta el
problema destinando ingentes recursos a la importación de productos
para cubrir la creciente demanda de la gente que al recuperar la
dignidad ha crecido en expectativas superiores de vida, enfrenta la
especulación, el acaparamiento y el contrabando en medio de la miserable
campaña de la oposición que exacerba el clima aprovechando las
necesidades del pueblo del que no se preocupó por decenios,
paralelamente el gobierno del Presidente Nicolás Maduro ataca el fondo
de la situación heredada buscando sustituir las importaciones para
lograr la soberanía y seguridad alimentaria yendo a la consecución de la
tecnología y la inversión que permita la transformación industrial y
agrícola construyendo una plataforma para la estructuración socialista y
así consolidar las crecientes demandas y expectativas de los
venezolanos estimuladas por la Revolución Bolivariana con la
participación plena y protagónica del pueblo organizado.
El 15 de abril Capriles desató una jauría, le vimos desencajado,
agitando frenético sus puños y llamando a: “descargar esa arrechera, que
se oiga en todo el mundo, Ud... le da a las cacerolas…”…Convocó a
desatar la violencia y el odio, resultado es la muerte, el incendio de
locales, el ataque a centros de salud atendido por médicos cubanos, era
el fascismo en acción.
¿Qué recordamos los chilenos de la situación previa al golpe contra
Allende?, el pasquín Tribuna, creado por la derecha con financiamiento
norteamericano, titulaba en una portada en 1973, ¡¡¡ Junten rabia
chilenos…!!!, y esa rabia se materializaba en una marcha de mujeres de
la burguesía elegantemente vestidas que por primera en su vida tomaban
una cacerola y cuyos refrigeradores estaban sobradamente abastecidos,
manifiestan agresivamente en el barrio alto de Santiago profiriendo
groserías contra el presidente Allende y contra Fidel que se encontraba
en Chile, las guardias blancas de los niños bien marchan agresivamente
con cascos y premunidos de garrotes y armas cortas, - se diferenciaban
de los camisas pardas de Hitler porque las suyas eran impolutamente
blancas, un grupo de fascista manifestó frente a la residencia del
presidente Allende. Era el odio desatado, la violencia descontrolada…,
que coincidencia con el 14 de abril de Capriles! Los métodos del
fascismo no varían en el tiempo ni en las circunstancias históricas, ni
en la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini, ni la España de
Franco, ni el Chile de Pinochet.
Porque los chilenos conocimos el terror del fascismo en carne propia
en que fueron asesinados millares de compatriotas, en que nos hicieron
desaparecer a miles de luchadores, porque sufrimos la cárcel, la
tortura, el exilio, porque se destruyó lo avanzado en decenas de años en
conquistas sociales y económicas, porque se eliminó lo conquistado
desde la época de Luis Emilio Recabarren y aún vivimos bajo la
institucionalidad fascista de Pinochet que nos impuso el neoliberalismo
bajo una democracia virtual, maquillada, no queremos que se repita esto
para nuestros hermanos venezolanos, estamos con la Venezuela de Chávez,
con el pueblo que eligió limpiamente a Maduro, con la Revolución
Bolivariana y tenemos que redoblar la solidaridad, desmitificar la
mentira, avanzar en conjunto por la integración y la unidad de nuestros
pueblos, ¡NO PASARAN…!!
*Tomado de www.luisemiliorecabarren.cl
Iván Muñoz Rojas
AVN
04/06/2013 21:58
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